¡¿Nuestros hermanos están saliendo?!

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—¿Si te cuento un secreto me prometes no contarlo?

Preguntó Mokuba.

—Sí, no te preocupes.

Respondió una distraída Serenity.

Mokuba ríe.

—Creo que nuestros hermanos están saliendo.

Los ojos de Serenity se salieron de su cabeza como un par de pelotas de playa inflables con esteroides. Ella tosió y farfulló, intentando desesperadamente recuperar la compostura después de casi inhalar su bebida. Era como si su garganta se hubiera transformado de repente en una sirena de niebla que no funcionaba correctamente, produciendo una sinfonía de graznidos y sibilancias.

—¡¿Qué tú crees qué cosa?!
Ella logró jadear, su voz sonaba más como la de un burro que la de un ser humano.

Mokuba no pudo contener su diversión. Sus risas estallaron como palomitas de maíz en una sartén caliente mientras tomaba otro bocado de su cena, claramente disfrutando del caos que acababa de desatar.
Los ojos de Serenity se llenaron de lágrimas por el ataque de tos y miró a Mokuba con una mezcla de incredulidad y horror.

—Es tan obvio, Serena,— Mokuba se rió entre dientes. —¿No te has dado cuenta de cuánto tiempo pasa Joey con mi hermano? ¡Están prácticamente sujetos a la cadera!

El cerebro de Serenity se apresuró a encontrarle sentido a esta revelación. Recordó las innumerables horas que Joey había pasado con Kaiba, gracias a que ahora se habían vuelto amigos. Pero ella siempre lo había desestimado. Después de todo, Kaiba Seto era un adicto al trabajo con la profundidad emocional de una cucharadita, o eso creía ella.

—¡Mokuba, tu hermano ni siquiera tiene tiempo para una vida social! ¡Es un conocido adicto al trabajo!—protestó Serenity, su voz teñida de exasperación. —O está encerrado en su oficina, yendo a alguna reunión de negocios o reflexionando sobre su último plan maestro para conquistar el mundo. Quiero decir, ¡vamos!

Mokuba puso los ojos en blanco, gesto que fue prácticamente audible a través de la pantalla.

—Bueno, si no son novios, ¡entonces intenta explicar esto!
Mokuba declaró triunfalmente, sus dedos bailando sobre el teclado mientras le enviaba a Serenity un enlace a un sitio web de noticias.

Los ojos de Serenity se desorbitaron como un pez dorado asustado mientras miraba el titular en su pantalla. Ella parpadeó, esperando que su visión hubiera fallado momentáneamente, pero, por desgracia, las palabras permanecieron obstinadamente intactas. La página web se cargó y sus ojos escanearon la pantalla, centrándose en el titular que la golpeó como un relámpago absurdo:

«"¡Joey Wheeler atrapado en una cita romántica con Kaiba Seto ambientada en el parque de Domino City!"»

Su cerebro luchó por procesar esta información recién descubierta. ¿Joey, su rudo y fornido hermano mayor, enredado en una red romántica con nada menos que el enigmático y melancólico Kaiba Seto? Fue como presenciar un pingüino bailando un vals con un flamenco: una pareja extraña e incongruente que desafiaba toda explicación lógica. La mente de Serenity corrió a través de un Rolodex de recuerdos, buscando desesperadamente cualquier pista, cualquier indicio que pudiera haber predicho este peculiar giro de los acontecimientos. Pero todo lo que encontró fueron imágenes de Joey devorando hamburguesas de gran tamaño y participando en duelos de Duel Monsters. ¿Cómo había pasado por alto las señales?

Mokuba no pudo contener su diversión. Su sonrisa traviesa bailaba en su rostro como un grupo de monos hiperactivos.

—¿Ves, Serena? ¡La verdad ha salido a la luz! Joey y mi hermano son dos guisantes en una vaina, dos tortolitos en una jaula.

Mokuba alardeó, disfrutando del estado de absoluta incredulidad de su amiga.

La voz de Serenity escapó de su garganta en un graznido ronco, un sonido que podría rivalizar con el de una rana en apuros. —Pero… ¡pero son tan diferentes! Joey es todo pasión y lealtad, y Kaiba es... bueno, ¡Kaiba! ¡Es tan cálido y abrigado como un cactus en una tormenta de nieve!

Mokuba se encogió de hombros, con un brillo de picardía persistiendo en sus ojos. —Los opuestos se atraen, Serenity. ¿No has escuchado? Quizás el espíritu ardiente de Joey derritió el gélido exterior de mi hermano. ¿Quién sabe?

La mente de Serenity daba vueltas, tratando de reconciliar la imagen de su hermano con el estoico y movido por el dinero Kaiba Seto. La incongruencia de todo aquello amenazaba con provocar un cortocircuito en su cerebro y sintió la abrumadora necesidad de golpearse la cabeza contra la pared más cercana.
La mandíbula de Serenity prácticamente golpeó el suelo, destrozando cualquier esperanza que tuviera de mantener una fachada serena. Sus ojos se abrieron como platos mientras miraba el escandaloso titular.
Hizo clic frenéticamente en el enlace, esperando contra toda esperanza que fuera algún tipo de broma extraña o una imagen hábilmente retocada con Photoshop. La mente de Serenity se aceleró, tratando desesperadamente de procesar esta nueva información. Parpadeó rápidamente, como si esperara que sus ojos le estuvieran jugando una mala pasada. Pero, por desgracia, la evidencia era tan clara como el día, para deleite de Mokuba.

—Mokuba— gruñó Serenity, su voz traicionaba una mezcla de shock e incredulidad, —¡esto… esto no puede ser real! ¿Joey y Kaiba? ¿Estás seguro de que no es una especie de broma elaborada?

Mokuba negó con la cabeza, una sonrisa traviesa se extendió por su rostro como un gato de Cheshire.

—Oh, es real, querida Serenity. Tan real como mi amor por el pastel de chocolate.
Respondió, tomando otro bocado de su cena, aparentemente imperturbable por la bomba que acababa de soltar.

La mente de Serenity estaba llena de preguntas. ¿Cómo sucedió esto? ¿Cuándo dio un giro tan inesperado la relación de su hermano con Kaiba? ¿Y qué significaba esto para la dinámica familiar durante las próximas fiestas?

Mientras reflexionaba sobre las implicaciones, un pensamiento golpeó a Serenity como un rayo. Si Joey y Kaiba fueran realmente una pareja, ¿tendría ella que soportar citas dobles incómodas y reuniones familiares dignas de vergüenza? La mera idea le provocó escalofríos.

—Mokuba, ¿qué vamos a hacer?
Preguntó, su voz teñida con una mezcla de preocupación y una pizca de picardía.

Mokuba se inclinó más cerca de la pantalla, sus ojos brillaban con picardía.

—Bueno, Serena, creo que es hora de que tomemos el asunto en nuestras propias manos. ¡Nos convertiremos en los mejores hermanos entrometidos y orquestaremos las situaciones más divertidas y escandalosas para poner a prueba su amor! ¡Será como una comedia romántica, pero con más caos y finales menos predecibles!

Serenity no pudo evitar reírse del audaz plan de Mokuba. Los ojos de Mokuba brillaron con un toque de locura mientras se reía entre dientes. Al fin y al cabo, ¿qué es un pequeño caos entre hermanos cuando se trata de asuntos del corazón?

Golden Boy (PuppyShipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora