Capítulo 31 Mentiroso

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El roce de labios entre esta pareja poco a poco aumentó de intensidad, haciendo que sus mentes y gusto por la boca del otro volara, sin embargo, el sentido arácnido de Peter se activó, rompiendo el beso, giró el cuello y percibió algo a lo lejos, algo malo.

—¿Peter...? —dijo Gwen sin entender que sucedía, pues para ella, él simplemente dejó de besarla para poner su vista en la nada, además del hecho de que él no la escuchó.

—Gwen algo está pasando. —dijo Peter advertido por su sentido —Debo ir. —El chico se levantó y tomó su mochila, entonces la rubia comprendió lo que pasaría.

—¡Espera! —pidió Gwen también poniéndose de pie y tomándolo del brazo. Peter volteó de nuevo hacia ella y sintió como Gwen ahora lo sujetaba de la cara —Prométeme que vas a cuidarte. —los ojos de la chica empezaban a empañarse, y su respiración había pasado de ligera a muy pesada en un tiempo tan corto que pudo lastimarla, pero más la lastimaba pensar que él de nuevo iría justo a donde estaba el peligro —Prométeme que volverás a salvo.

—Sí. —respondió Spiderman, sabiendo en el interior que estaba mintiendo, pues ni siquiera podía prometerse eso a sí mismo. —Ahora tú prométeme que no te pondrás en riesgo, que no harás lo que la última vez. —Pidió Peter sintiéndose más nervioso de que eso se repitiera a lo que pudiera pasarle a él.

—Sí. —dijo Gwen temiendo estar mintiendo, pues no estaba convencida si podría contener su impulso de querer ayudarlo y no dejarlo ir solo a la guerra.

Ahora las miradas, aunque eran dictadas por los mismos ojos que hacía unos momentos, los sentimientos que habían era muy diferentes, por lo que las miradas también eran diferentes, aunque igual todo venia del corazón.

—Te prometo que volveré —afirmó Peter ahora si siendo sincero, con ambos, pues estaba seguro de que haría de todo para lograr aquello —Volveré a ti.

Sin poder contenerse Gwen se abalanzó de nuevo sobre los labios de Peter, justo lo que él más necesitaba en esas situaciones, pues fue un beso de apoyo, de aliento, un beso en el que ella le transmita toda la fortaleza que él necesitaba.

Y es que ese pequeño acto de amor fue de todo

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Y es que ese pequeño acto de amor fue de todo... menos de despedida, pues los dos esperaban que ese beso fuera un hasta luego. Segundos después los labios de Gwen estaban vacíos, pues Peter ya se había ido.

...

Los actos heroicos que el castaño tenía que enfrentar como Spiderman lo habían alejado mucho de su vida como Peter Parker, fue como si los criminales se pusieran de acuerdo para no dejarlo descansar, las olas delictivas eran tantas que Peter tuvo que mentir a su tía que Harry y él estaban trabajando en un proyecto importante y que por eso tenía que estar fuera de casa por mucho tiempo, que incluso por lo pesado que era el trabajo y como lo hacían en casa de Harry, a veces debía quedarse en su casa.

Y para que Harry lo cubriera con su tía, a él le mintió diciéndole que se escapaba con Gwen y por eso debía decir que el trabajo era real. Tantas mentiras y a la única persona a la que le decía la verdad era a Gwen, su única cómplice en su doble vida como súper héroe. Y es que esos crímenes no solo lo alejaban de su amigo o su tía, también lo alejaban de ella, distanciándolos bastante.

Justo al término de la calamidad de ese día, aterrizó en la azotea de un edificio alto, llamó a su tía y de nuevo le mintió diciéndole toda clase de cosas científicas para que ella solo entendiera que el trabajo era tan complejo que se pasaría toda la tarde en casa de Harry, tía May aceptó y solo le pidió que cuando volviera a casa no llegara tan tarde. Peter sonrió e inmediatamente después de eso le envió un mensaje a Gwen y le dijo que la necesitaba.

Se guardó el teléfono y sintiéndose libre a pesar de la mentira, se columpió un par de veces más, teniendo de fondo un cielo despejado con la claridad del sol muy latente en su cabeza.

Finalmente llegó a donde más deseaba para estar con quien más quería y necesitaba. Esta vez entró por la ventana, porque ella ya lo esperaba, y Gwen fue a recibirlo con toda la preocupación del mundo, pues el muchacho nunca mencionó nada de su batalla, siendo que ella pensaba que él iría a verla para otra cosa y no porque verdaderamente necesitaba verla y recibir ayuda.

El chico se desplomó de cansancio sobre la cama de su novia, jalándose el traje que empezaba a calarle por lo asfixiante que era, ella lo ayudó y pronto Peter quedó semidesnudo. Gwen se acercó a él y vio los moretones que aquella reciente pelea le habían dejado.

—Estoy bien, tranquila.

—Mentiroso. —dijo Gwen viendo que aquello no era tan cierto como le hubiera gustado que fuera, pues sobre el hombro de Peter había un gran moretón. Pero en lugar de sentir el regaño, Peter se rio sabiendo que era cierto.

—Te dije que volvería a ti. —mencionó el castaño esforzándose por hablar —Aunque si debo admitir que me tarde un poco. —bromeó al final intentando que ella sonriera, pues del día que dijo aquella promesa, al momento en el que estaban ahora habían pasado varios días.

Y a pesar de la broma, la seriedad del momento fue más importante para Gwen.

—Me duele verte así —susurró la chica acariciando con delicadeza y tristeza las partes lastimadas en el hombre al que amaba, queriendo hacer mucho más por él que solo abrazarlo y consolarlo, deseando poder pelear a su lado y estar ahí para salvarlo si era necesario.

Una segunda nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora