Capítulo 36 El enfrentamiento inicial

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Gwen despertó y lo vio profundamente dormido a su lado, con la cara aplastada contra la almohada, el chico tenía una ligera capa de barba que ya empezaba a asomársele, su cabello estaba completamente revuelto y su ancha espalda estaba perfectamente contorneada, sus omoplatos resaltaban y sus músculos se veían magníficos, ella estaba fascinada.

Gwen despertó y lo vio profundamente dormido a su lado, con la cara aplastada contra la almohada, el chico tenía una ligera capa de barba que ya empezaba a asomársele, su cabello estaba completamente revuelto y su ancha espalda estaba perfectament...

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—¡Ah...! —Suspiró la chica sintiéndose completamente suertuda —¡Tremendo hombre que es mi novio!

Se acercó aún más abrazándolo por la espalda, dando un sinfín de besos sobre esos cálidos y suaves músculos, haciéndolo despertar.

—Ay que rico modo de despertar... —murmuró el muchacho con voz ronca, girando lo más que pudo el cuello para verla. —Contigo sobre mí.

—¿Quieres que te de un masaje? —preguntó Gwen coqueta

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—¿Quieres que te de un masaje? —preguntó Gwen coqueta.

—¿De verdad? —se asombró Peter con todo el gusto del mundo.

—Sí... —respondió con picardía mordiéndole la oreja, se recargó en sus brazos y rozó sus pechos sobre la ancha espalda de Peter.

—¡Ay no es cierto! —exclamó el muchacho sintiendo esas dos formas sobre sí, sonriendo aún más cuando sintió una lengua pasándole por el cuello. —Supongo que no iremos a la escuela. —insinuó él sintiéndose demasiado gozoso como para ir.

—No pasa nada si perdemos un par de clases —respondió Gwen ahora si masajeando esa ancha espalda con las manos, pero sin dejar de rozar sus pechos contra él.

Y como ya habían decidido quedarse más tiempo en esa cama, tratándose de ellos, obviamente hicieron que ese masaje se volviera más delicioso, por lo que el amorío no tardó en hacerse escuchar en ese pequeño departamento, disfrutándose con intensidad y perdiéndose en los placeres que el cuerpo del otro provocaba en el suyo.

Y como ya habían decidido quedarse más tiempo en esa cama, tratándose de ellos, obviamente hicieron que ese masaje se volviera más delicioso, por lo que el amorío no tardó en hacerse escuchar en ese pequeño departamento, disfrutándose con intensid...

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Una segunda nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora