Capítulo 11 El engaño ajeno

646 27 14
                                    

Estaban completamente dominados por el amor que se tenían, viviendo su amor en ese beso con el que iniciaban la segunda mañana en la que amanecían en los brazos del otro, pero por más hermoso que fuera el momento que compartían, la realidad los rodeaba, pero lo extraño era que se trataba de una realidad completamente ajena a ellos, entre dos desconocidos que nada tenían que ver con ellos, pero a pesar de eso, se escuchaban tan fuertes los gritos de la pelea de los vecinos, que eso rompió su beso.

El castaño y la rubia permanecieron abrazados, pero ya no estaban concentrados en ellos, el momento se rompió tanto que ahora estaban mirando hacia la ventana, por donde entraban esas voces.

—Mi amor yo solo tengo ojos para ti. —dijo la voz de un hombre a la defensiva pero de forma pacífica, como intentando enmendar algo.

—¡¡Y entonces que es eso!! —gritó la voz de una mujer que se escuchaba realmente enojada, o incluso más que eso.

—¡Nelly! ¡Nelly te juro que tú eres a quien amo! —dijo el hombre enterneciendo su voz.

—¡Vete al diablo Evan! ¡Te acostaste con otra mujer! ¡Y aquí está la maldita prueba! —rugió con odio.

Peter y Gwen, dos pisos más arriba de donde se llevaba a cabo esa discusión se quedaron helados, escuchando cada detalle de lo que ocurría con esa otra "pareja" que hacía lo contrario a ellos, totalmente lo opuesto.

—Nelly ninguna de ellas me ha importado —dijo el hombre intentando bajar el tono agresivo de la situación usando una voz compasiva.

—¡¿Qué?! ¡Ósea...! ¡¿Que han sido más de una?! —estalló la mujer.

—Nelly escúchame...

—¡No me toques!... ¿Con cuantas me engañaste? —preguntó de modo que estaba vez se notó que el sufrimiento le ganaba a la rabia. —¡DIME!

—Con 5... ¡Pero ninguna me ha importado! Mi amor por favor...

—¡No me llames así, no me llames así que nunca me has querido!

—Nelly mi amor, yo te amo.

—¡No mientas más Evan! ¡¿O me vas a negar lo que acabas de decir?! ¡Que te acostabas con más mujeres además de mí! —dijo en un tono que advertía un posible llanto de desesperación y rabia.

—Nelly...

—¡CONTESTAME EVAN! —exigió la mujer.

—Está bien tienes razón, si... yo... yo me acostaba con otras. ¡Pero te juro que nunca las quise!

—¡Eso que importa! ¡Igual te metiste con ellas siendo yo tu novia!

—Nelly tú eres la única a quien quiero, a la otras no, tú eres la única a quien quiero.

—¡NO TE CREO!... ¿Y sabes qué? ¡Tampoco te creo que solo hayas tenido 5 zorras! ¿Verdad? —hubo un silenció y luego ella volvió a gritar —¡¿Verdad?!

—Pues sí —aceptó él sin tener más remedio —es verdad, han sido muchas más, ni yo sé cuántas han sido que ni las recuerdo, pero no las recuerdo porque tú eres la única a la que quería y a la que respetaba.

—¡Ah! —Gritó irónicamente — ¡¿Con que me respetabas?!

—Si hermosa.

—¡Vete a la mierda Evan! ¡Me engañabas! ¡Tanto me respetabas que fuiste a meterte con otras, y quien sabe con cuentas malditas fueron!

—Pero si te respetaba mi amor, por eso aceptaba cuando no querías sexo conmigo, por eso...

Pero justo después del eso, al tal Evan se le corto la voz, como si él mismo se hubiera callado.

—¿Qué...? ¿Por eso te ibas con esas putas? ¿Por qué yo te decía que no?

—Yo no iba a forzarte a nada, y... —la voz del sujeto volvió a cortarse.

—¿Y qué? —Confrontó ella — ¡¿Y qué Evan?!

—Pues... es que yo me quedaba con muchas ganas...

—¡¿Y por eso tenías que cogerte a otras?!

—No debería molestarte que me las cogí, porque lo hacía para no forzarte a nada porque tú eres mi amor.

—¡Vete al carajo con tu amor!

—Nelly te juro que te amo solo a ti, tu eres el amor de mi vida, ellas solo eran un pasatiempo, pero te juro que tú eres la única a la que le hacia el amor.

— ¡¿Y entonces a las otras que les hacías?! —Gritó Nelly con rabia e ironía — ¡¿Las gozabas más rico porque no las querías?!

Hubo un silencio, bastante tormentoso, en el que hubo miles de pensamientos, tanto en la cabeza de la pareja que discutía, como la que escuchaba de lejos.

—Tú eres la única a la que besaba bonito...

— ¡Cállate! ¡CÁLLATE!

—Nelly yo sé que había cosas que a ti no te gustaban así que...

— ¡¿Así que ibas y las hacías con esas zorras verdad?!

—Nelly...

— ¿Qué hacías con ellas que no hicieras conmigo, eh? ¿Las ahorcabas? ¿las golpeas para excitarte? ¿les embarrabas en la cara de esa porquería tuya? —no había ni un gramo de compasión en ella y con justa razón

No se escuchaba nada, siendo una clara señal de que el silencio otorgaba

—¿Pues sabes qué? ¿Vete con ellas? ¡Vete con esas putas para cogértelas como tanto te gusta! —Se escucharon unos golpeteos que parecían ser pasos. —¡Largo!

— ¡No Nelly!

—¡¡Vete!! ¡¡VETE EVAN!! ¡O si no te juro que le llamo a la policía! ¡Vete!

Un momento después no se escuchó nada y de un momento a otro se escuchó lo que parecía ser una cachetada.

—¡No vuelvas a poner tu asquerosa boca sobre mi otra vez! —gritó ella con rabia, mezclado con el tono que las lágrimas causaban en la voz.

—Nelly si me dejas compensártelo, yo sé que podemos ser muy felices...

—¡No digas estupideces Evan! ¡Entre nosotros ya no hay nada! ¡NADA! ¡Porque tú lo mataste! ¡Mataste lo que había entre nosotros por ser un asqueroso urgido! ¡LARGO!

—Mi amor...

—¡¡LARGATE EVAN!! —después de eso se escuchó un portazo muy fuerte y después como una mujer lloraba desgarradoramente.

De nuevo, ajenos y lejos a ellos, estaban Peter y Gwen, abrazados pero completamente inmóviles, sintiendo como el estremecimiento les recorría todo el cuerpo. Algo nada bonito para su segundo amanecer.

Una segunda nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora