Capítulo 24 Los que no eran inocentes

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Las cosas entre el castaño y la rubia no iban para nada bien. Aunque Peter era inocente Gwen no había querido estar cerca de él, esa inseguridad en ella la hacía evitar al muchacho, pues aunque una parte de ella creía en Peter, otra creía que al final MJ lograría quitarle a su novio.

Esa tipa no dejaba de insinuársele a Peter y Gwen tenía tanto miedo de que en algún momento él se dejaría envolver por la pelirroja y la dejaría. Mary Jane era extremadamente sexy, tenía un cuerpazo, dinero "propio" y la mayoría de sus compañeros la asediaban, y ella era solo Gwen Stacy, una chica brillante pero de apariencia simple, ella no solía usar pantalones ajustados ni tops que dejaran su piel a la vista, ella parecía ser todo lo contrario a MJ y se sentía un poco oprimida por eso.

Los días seguían pasando y ella seguía evitando a Peter, aun se sentía mal y sin valor para verlo, algunas veces se arrepentía de su actitud y otras veces no podía evitar comportarse así.

Salió de su departamento y se dirigió hacia el elevador, le llegó una llamada e intuyó que de nuevo era su novio. Estaba vez realmente quiso contestarle, respiró hondo y, sin saber si disculparse con él y pedirle que se vieran o continuar sin aceptar lo que él le dijera, sacó su celular para responderle, esperando no derretirse a la primera con la elegante y varonil voz de ese castaño, pero cuando vio su teléfono notó que no era Peter sino Michel, algo que la decepcionó y al mismo tiempo la tranquilizó. Algo así.

Empezaron a hablar y por pésima suerte, el tema de conversación entre estas dos amigas fue nada más y nada menos que la pelirroja Mary Jane.

—...y ella ya sabe que yo soy la novia de Peter, y aun así le vale madres —se quejó Gwen desahogándose de todo el coraje que tenía.

—Sí te creo amiga, y entiendo que estés enojada con Peter —dijo Michel al otro lado del teléfono. —Porque yo también sé lo rata que puede ser esa idiota.

—¿De verdad? —se asombró la rubia —¿Por qué? ¿Qué te hizo esa zorra?

La puerta del elevador se abrió y entró una persona, Gwen estaba tan molesta que ni siquiera se fijó quien había entrado, y es que de hecho también se molestó por eso, porque así ya no tenía la libertad de expresarse como quería. Michel continuó:

—Tom me confesó que antes de conocerme tuvo algo que ver con MJ.

—¡¿Qué?! —se impactó Gwen, haciendo un gesto de decepción ¡¿También Tom?!

—Sí... Que la conoció cuando daba sus asesorías de química, que aunque no iban a la misma escuela igual aceptó ayudarla porque de todos modos le pagaría, pero nunca pensó que le pagaría con ella misma —masculló Michel con desprecio y Gwen torció los ojos en señal de fastidio por lo zorra que MJ podía ser, resultándole detestable que también se hubiera metido con el novio de su amiga —Que en cuanto llegó supo que algo inusual pasaba, sobre todo porque la vio vestida como una ramera (no uso esa palabra pero esa la describe mejor) —aclaró Michel, Gwen rio —Él se puso a leer el libro y a decirle que hacer cuando de la nada ella salió del baño encuerada y... —el tono de voz de Michel cambió a uno más chillón, al tono que la gente suele usar para burlarse o enfatizar algo malo —fue así que él también se volvió uno más de los tantos hombres que están en su lista con los que se ha revolcado. ¡Es como si ella se hubiera metido con todos los chicos de Nueva York! —Dijo con indignación —porque además de que suele escaparse con Flash, ya me enteré que suele verse a escondidas con otros, y algunos son mis amigos, incluyendo a Jack —decía Michel a través de la bocina sonando muy enojada y aún más indignada.

—¡¿Jack?! —se sorprendió Gwen, ya que él también era su amigo y compañero de laboratorio.

—Sí, incluso los inteligentes caen —dijo decepcionada —Aunque al menos puedo decir que a mi Tom ya no lo ha vuelto a engatusar, él me aseguró que estuvo con ella antes de salir conmigo y que no ha vuelto a tener nada con ella, y le creo. —suspiró.

Gwen sonrió de lado, no pudo evitar sentirse culpable con Peter, ya que ella aun no podía convencerse del todo de que su castaño era inocente, aunque eso era lo que más quería.

Y también quiso creer que las palabras que Tom le había dicho a su amiga fueran verdad, pues ninguna de las dos se merecía ser engañada, y si lo que Tom había dicho era verdad y realmente Mary Jane ya no lo buscaba como si hacia ahora con Peter, Michel estaba teniendo mucha más suerte que ella. Así mismo le resultaba increíble el hecho de que efectivamente sí parecía que esa pelirroja hubiera estado prácticamente con todos los hombres de Nueva York.

Y ahora a lo único que Gwen aspiraba es que de verdad Peter fuera honesto y que él no fuera a caer las garras de MJ como si lo habían hecho tantos otros.

Una segunda nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora