Una segunda noche

Capítulo 15 La primera pelea

Fue como si sus oídos explotaran, pues había reconocido inmediatamente esa voz, que en otras situaciones siempre resultaba dulce a sus oídos, pero ahora fueron como una tajada dolorosa.

Peter movió el cuello y vio a Gwen, parada delante de ellos y teniendo una expresión enfurecida. Casi como otro reflejo de sus poderes, el muchacho se deshizo de Mary Jane empujándola de forma grosera, aunque eso no le importó, se dirigió hacia su novia pero ella en ese momento se dio la vuelta yéndose muy deprisa.

—¡Gwen espera! —suplicó Peter, dejando atrás a Mary Jane, que se había quedado con un gesto de abandono marcado en su atractiva cara, aunque en ese momento no lucía muy guapa —¡Gwen! ¡Espera por favor! —Finalmente la alcanzó tomándola por la muñeca —déjame explicártelo. —suplicó estando asustado.

—¡Esta bien explícamelo! —dijo ella de forma agresiva, haciéndolo sentir peor.

—Fue ella la que se me acercó yo no tuve nada que ver...

—¡¿No tuviste nada que ver?! —preguntó de forma sarcástica, teniendo una mirada filosa en sus azulados ojos. Lastimándolo —Yo vi que estabas muy cómodo recargado en la pared dejando que te toqueteara.

—No dejé que me besara...

—¡Era lo menos que podías hacer después de dejar que se te echara encima! ¡¿No crees?!

—¡Yo no dejé que hiciera eso! ¡Ella solita lo hizo! —se defendió, aunque justo al decir eso se dio cuenta de lo estúpido que había sonado.

—¡¿Y no podías habértela quitado antes?! —Insistió irritada —¿O acaso tus brazos no te funcionaban?

—Me paralicé no supe que hacer... —reconoció avergonzado y sintiéndose un idiota.

—¡Vete al diablo! —exclamó Gwen, se dio la media vuelta y dio un par de pasos antes de ser detenida otra vez.

—¡Mi amor! ¡Mi amor! —Dijo Peter sintiendo otra vez su sentido arácnido, advirtiéndolo del peligro, pero esta vez era por el peligro que él mismo estaba ocasionando al no ser lo suficientemente claro —Reconozco que fui un imbécil que no actuó como debía, si debí quitármela de encima desde el principio, pero... —no sabía ni como decir lo que debía decir, así que dijo lo que ella debía saber: —Créeme que no tienes nada, NADA, de que preocuparte.

—¡Yo vi lo contrario! —reclamó la rubia de nuevo, mostrándose realmente enojada, sin aceptar las palabras de Peter, tensándolo más y buscando desesperadamente una solución.

—¡Pregúntale a Harry! —Reaccionó después de haberse quedado pensativo unos segundos, encontrando la solución o la ayuda que buscaba —¡Él sabe lo que pasó y sabe que yo nunca tendría nada con esa!

—¡¡Harry ni siquiera estaba ahí!!

—Sí pero... Gwen... —Peter la sostuvo de las mejillas y tomando una actitud más tranquila y madura, dijo: —Escucha, en el receso en el que tú y Harry estaban con Connors ella se me insinuó —Gwen endureció el gesto tanto de enfado como de sorpresa, quiso decir algo pero él no la dejó —dijo que quería salir conmigo y yo la rechacé, ella intentó besarme y así como evité lo que hiciera ahorita también lo evité en ese momento, luego, cuando ya estaba con Harry volvió a acercarse y de nuevo me coqueteó, pero yo me aleje de ella y me fui con Harry, y se lo puedes preguntar si no me crees —añadió viendo que aún no la convencía —Y ahorita, pues si, fui muy estúpido por no haber actuado a tiempo, pero me congelé y no supe que hacer, pero créeme que yo no quiero absolutamente nada con ella, además —respiró hondo y continuó —Viste que no dejé que me besara, eso estoy seguro de que lo viste, y si hubieras visto lo que pasó desde el principio te darías cuenta de que no hice nada de lo que pudieras sentirte traicionada. Créeme Gwen... —terminó de decir, acariciándole las mejillas, esperando a que ella relajara la cara, pero aún no pasaba.

Gwen miró hacia otro lado, aun enfadada, y Peter se agachó y se acercó más a ella, casi haciendo que sus narices se tocaran.

—Mi amor no seas celosa, viste lo que pasó, no hice nada...

—No vi todo lo que pasó... —dijo con una voz muy débil, advirtiendo un posible llanto, asustando más al muchacho.

Intentó darle un beso pero ella se resistió, así que terminó posando sus labios sobre la frente de la muchacha.

—Mi amor, te juró que yo jamás ¡Jamás! te seria infiel. ¡JAMAS! Y si aún no me crees, vamos con esa idiota y que ella misma te diga lo que pasó, y si miente —se adelantó pensando en lo imaginativa que podría llegar a ser —créeme que el primero en hacerla pagar y decir la verdad seré yo.

—No... —susurró Gwen —No quiero que hagas eso... porque no quiero que vuelvas a estar cerca de ella. —finalmente su enfurecido gesto se desvaneció, lo único malo es que fue reemplazado por un gesto de inseguridad y tristeza.

—¡Mi Gwen! —El chico la abrazó, queriendo transmitirle todo el amor que le tenía al rodearla con los brazos. —Entiendo que estés molesta y que hayas reaccionado como lo hiciste, probablemente si las cosas hubieran sido al revés yo hubiera estado peor. —dijo reflexionando en la situación y que si hubiera sido él quien hubiera encontrado a Gwen con otro hombre así como lo estaban él y Mary Jane, no solo se hubiera puesto celoso, sino que hubiera querido romperle la boca a ese otro sujeto. —Pero yo soy hombre de una sola mujer, tú.

En su recién producida inseguridad, Gwen se sobrepuso correspondiéndolo en el abrazo, pero aún sin estar segura de nada.