Capítulo 25 Celos y amistad

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—Ojala y sea verdad Michel —dijo la rubia siendo empática con su amiga. —Y ojala yo pudiera decir que ya tampoco acecha al mío —resopló indignada —pero creo que esto solo va empeorando.

—Ay Gwen... sí que te entiendo, cuando Tom me dijo lo que pasó con esa idiota estaba igual que tú, me sentí realmente mal y tuve miedo de perderlo, pero afortunadamente seguimos juntos —dijo Michel mostrando una voz compasiva pero feliz, muy acorde a lo que decía —Aunque sabes una cosa, —dijo la chica con pesadez —le tengo celos a MJ —terminó por decir.

—¡¿Qué?! —se impactó Gwen.

—Sí —continuó Michel —Es que parece como si ella lo tuviera todo, digo, es verdad que yo tengo a mi Tom pero... a veces siento que si ella se lo propusiera, de nuevo lo tendría, ya que... odio admitir esto Gwen, pero ella... es mucho mejor que yo...

—¡Eso no es verdad Michel! —Dijo Gwen con un tono enérgico —¡Tú eres mucho más valiosa que esa zorra!

Ambas chicas se enfrascaron en una conversación en la que Gwen consolaba a su amiga en un sentir que secretamente era la misma inseguridad que ella cargaba. Y es que desafortunadamente ambas chicas se sentían oprimidas por tener que soportar el interés de una chica como Mary Jane sobre sus novios, pues no era fácil tener a alguien como ella como su "competencia", por lo que mientras se apoyaban la una a la otra, también se desahogaban del veneno que tenían contra la pelirroja, ya que como toda buena conversación entre amigas, debe existir un viboreo.

—... Y es que estoy harta de que la estúpida de Mary Jane se le siga insinuando a Peter, la odió —se quejó Gwen —Ella ya sabe que él es mi novio y le vale. ¿Quién se cree que es? Cree que por tener esos deformes pechos y ese trasero gigante puede hacer lo que se le pegue la gana.

—Eso mismo pienso yo —dijo Michel —y es que en verdad es una zorra, también he escuchado que MJ engaña a Flash con otros, aunque no sé si se le pude decir engaño porque ni son novios, aunque Flash siempre la está reclamando como suya.

—Siento que Flash es como un cavernícola idiota, y más porque se fijó en ella —añadió Gwen con cierto desprecio, pues ella ya conocía a Flash desde la secundaria, siendo curioso que se enamoró de Peter al verlo enfrentarse a Flash, incluso se había sentido agradecida de que en los dos últimos años ese idiota ya no hubiera estado en sus vidas, pero al parecer el destino los volvió a juntar en el último año de preparatoria.

—Ya lo creo, tiene pésimos gustos —concordó Michel —Y es que si tienes razón, de cavernícola tiene todo, además de que es poco hombre, porque he oído que ha compartido algunas fotos de esa estando en ropa interior o incluso desnuda.

Sin saberlo, Michel reabrió la herida de Gwen, pues ella misma había visto esas fotos en el teléfono de Peter, recordando el momento en el que sintió engañada, y aunque estaba esperanzada en que todo fuera un mal entendido, todo lo que percibía a su alrededor parecía indicarle lo contrario.

—Gwen... —dijo de repente la voz de Michel, pues la rubia se había quedado callada unos segundos. —¿Sigues ahí?

—Sí... —respondió la rubia intentando salir de sus lúgubres pensamientos para volver a la conversación con su amiga. Pero no logró hacer eso, y en su lugar se hundió más en su inseguridad —Y la verdad es que... tengo mucho miedo de que Peter sí se fije en ella, pues... él no deja de ser hombre, y lo que a los hombres les gusta es una chica sexy, y claramente no lo soy y ella sí. —admitió Gwen sin más, sintiendo horrible la boca luego de decir aquello.

—Ay amiga, comprendo a la perfección, pero creo que no nos queda de otra más que resistir. Y créeme que de verdad espero que Peter no caiga y que Tom no vuelva a caer. Pero al menos puedo asegurar, que pase lo que pase, nos tenemos la una a la otra.

—Tienes toda la razón —aseguró la Gwen sonriendo conmovida por su amiga, haciendo que Michel también sonriera. La amistad entre esas dos amigas pareció hacerse más fuerte ante la adversidad, ambas tenían miedo, ambas estaban celosas y ambas veían a una enemiga, pero pasara lo que pasara, ellas estaban juntas, y aun en la distancia lo sabían.

La conversación terminó y Gwen se sintió mejor, pero sin saber aún si lo mejor sería buscar a Peter y tratar de arreglar las cosas o aun mantener la distancia, pues el saber que alguien como Tom había caído en las redes de MJ, hacía que Gwen no se sintiera tan confiada para creer que Peter no lo haría, pues seguía muy insegura de todo.

—¿Disculpa...? —Dijo de repente una voz, Gwen volvió la vista y recordó que en su viaje por el elevador había otra persona —No es por entrometerme pero... —dijo su acompañante con voz nerviosa —esa chica de la que hablas, ¿Es pelirroja?

Gwen parpadeó, no esperaba oír aquello.

—Sí —respondió sorprendida.

—¿Y tiene los ojos verdes? —continuó la otra persona, con la voz aún más temblorosa.

—Aja —volvió a responder sintiéndose aún más sorprendida,

—¿Y se apellida Watson? —prosiguió con la voz casi hecha un hilo.

—¿La conoces? —preguntó Gwen realmente sorprendida de estar escuchando aquello, pues era obvio que estaban hablando de la misma persona.

—¡Esa fue la idiota que se metió con mi novio y me mando las fotos! —soltó la chica que comenzó a llorar.

—¡¿Tú eres Nelly?!

Una segunda nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora