Capítulo 10: ¿Celos?

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DEDICADO A: kathy_429

Creo que no había tardado ni dos minutos en levantarme y eso que era un lunes. Corrí al baño y me quité toda la ropa lo mas rápido. Me adentré a la ducha y pude sentir el agua caliente bajar por mi columna vertebral. Era una sensación tan refrescante, pero como todo lo bueno se acaba tuve que salir.

Abrí mi armario y miré todo la ropa que tenía. Aún no terminaba de llenar todo mi armario pues solo tenía lo que había traído en la maleta. Al final agarré una falda azul marino con unos pequeños diseños en blanco, una camisa blanca, unas botas de tacón y uno que otro accesorio que había enredado en una esquina de la maleta. 

Bajé a la sala donde puse mi cartera sobre el sofá para luego no olvidarla y fui hasta la cocina. Por desgracia ese día me tocaba el desayuno de Ryan y el de los niños. Yo desayunaría en el camino para no perder tiempo. Ese baño estaba tan bueno que perdí mucho tiempo. Cuando estaba por terminar Ryan bajó con los niños ya listos para desayunar. Me despedí de él y salí junto a los niños.

Había metido el desayuno en toppers pero durante el camino a casa de mi mamá pude sentir los cereales volar por todo el auto. No quiero imaginar las que pasará mamá, la cual no quiso que pusiera niñera para los niños porque según ella podía cuidarlos.

Estoy segura que todavía no ha visto el cereal volar. Tampoco me quejo, cuando Karen y su pareja iban ellas se la pasaban bien con tantos niños. Ella insistió tanto que me convenció.

Al llegar a casa de mi mamá baje del auto. Max, Joan y Sofia corrieron hasta la casa mientras yo intentaba recoger todo el cereal de mi auto. Lo que me encantaba era que mi mamá trataba a Max como su nieto, cosa que no hacían los papás de Noalis. Era una pena, pero el niño era feliz sin ellos.

La única pariente activa en la vida de Max era Nora, su tía quien todavía no a visto a el niño ya que está de viaje. Ryan siempre le a mandado fotos y la mantuvo informada del niño. Aunque siempre tuvimos la devida precaución de que no se dieran detalles de donde estabamos.

Prácticamente siempre estuvo oculta nuestra ubicación pero una que otra señal de vida si dabamos.

Hola mamá–besé su mejilla.

Hola hija, ¿Quieres desyunar?–me preguntó.

No mamá, ya me tengo que ir. Pienso, desayunar en el camino–le respondí.

Bien como digas, pero cuidate–pidió.

Claro que sí mamá–le dije antes de despedirme y salir de la casa.

En el camino me detuve para comprar  un café. El hecho que fuera a trabajar en lo mismo de antes me gustaba mucho pero a la vez me aterraba la idea de lo que podría pensar Sebastián. Tal vez no iba a estar de acuerdo con eso. Antes era una modelo sin pareja y sin compromiso por lo que hacer cualquier cosa era solo mi decisión, no tenía que consultarla con alguien más.

Cuando llegué al edificio donde trabajo me estacioné donde siempre y caminé a recepción. Al llegar, Ally me esperaba con una sonrisa. Tan simpática como siempre.

Hola Ally–le saludé.

Hola Leah, te han dejado esto el día de hoy–me entregó un sobre–Lo ha dejado William–se encogió de hombros.

Gracias–dije antes de seguir mi camino hacia al elevador.

El sobre solo decía encima "Como en los Viejos Tiempos". Le di la vuelta por todas las caras de la carta antes de dicidir abrirla por completo.

William:

Estamos en el piso 3. Todo el elenco estara con nosotros. ¡Corre!

Cinco minutos después...

Siempre Te ame [CEC #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora