12| Una Casa Nueva

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Narra Sebastián:

¡Sebastián!-le llamó Leah desde su escritorio.

¿Qué pasó Leah?-le pregunté sin dejar de editar el vídeo que estaba preparando para el próximo martes.

Se que ya habíamos hablado de esto y dejaste claro que no querías que buscará otra casa porque dices que estamos bien aquí, pero lo e hecho de todas formas. Estuve buscando y he conseguido una demasiado perfecta para nosotros. Solo queda ir a verla dentro de una hora y media. No te estoy pidiendo que la compremos-me dijo rápidamente.

Alce la vista y la miré, debí imaginarlo porque ella es demasiado terca. Era lo más lógico que no me haría caso por más que le dijera. Siempre terminaba haciendo todo lo que ella quería.

Si ya se lo que estas pensando-hablo interrumpiendo mis pensamientos por completo- Puede que no estemos tan incómodos aquí, pero vamos Sebastián, ya somos ocho. Sebastián y Joan están en la misma habitación al igual que Sofía y Karen además ahora con la llegada de los gemelos quiero que cada uno tenga su propio espacio.

Aunque ella tenía razón en todo lo que decía no pensaba admitirlo tan fácil y debía conseguir otra buena excusa. Una que ella no tuviera opción.

Se que pondrás de excusa el dinero y eso no cuenta Sebastián. No gaste ni la mitad del dinero que gané con lo de mi libro y lo había guardado todo por si lo necesitaba para algo realmente necesario-me dijo está muy convencida.

Sí, pero de igual manera ya no estás trabajando por los niños y bueno podrías dejar ese dinero para todo lo que necesites en está casa-le insistí.

No importa, de verdad. Bien no estaba pensando decírtelo todavía, pero estoy trabajando en el segundo libro en el poco tiempo que tengo aquí en la casa. Aunque no esté trabajando no me quiero sentir como una inútil y llevo unas semanas comenzando a escribir el segundo libro aunque no se si lo continúe y lo publique muy cercanamente está ahí. Y no intentes buscar otra excusa porqué no la conseguirás-terminó ella. 

La realidad no puedo creer que seas tan genial. Aunque nunca me hagas caso y siempre termines haciendo lo que te venga en gana-resoplé.

¿Entonces eso es un sí?-preguntó ella.

Eso es un iremos a ver la casa y luego tomaré mi decisión-le dije sonriendo.

Bien, me gusta. Yo iré a vestirme ya entonces-me contestó emocionada.

Yo te acompañaré de una vez-le dije levantándome.

Caminé hasta ella y le pasé el brazo sobre sus hombros. Así caminamos hasta la habitación, pero ella se detuvo de repente en medio del pasillo.

¿Qué pasa?-le pregunté.

Puede que suene un poco raro, pero ¿Porqué no te cansas de mí? Son casi quince años y seguimos siendo los mismo cariñosos de siempre y nada cambia entre nosotros. No se como sigues soportándome y no te cansas de lo terca, gritona y exigente que puedo ser. Yo siendo hombre me cansaría de mi misma-me dijo.

Las cosas no han cambiado porque te amo igual. Y nunca he dicho que no me canso de tu terquedad, pero suelo ignorarlo y listo. En muchísimas veces he querido matarte por ser tan terca, gritona, exigente y tan marginada con las cosas, pero recuerdo que te amo y listo......-me interrumpió.

El amor nunca se acaba cuando tienes tanta sinceridad y descaro de decirme que te cansas de mí en bello momento que se supone fuera cursi-dijo riendo.

Óyeme bien Leah, aunque ahora sea yo quien arruine los momentos cursis nunca dudes que Te Amo y que apesar de todo lo que pasamos, pasaremos y estamos pasando eso no va a cambiar nunca-le dije con sinceridad.

Voy a tener que pedirte el divorcio o mejor subastarte con tus piezas del cubo porque yo no puedo con tanta cursilería. Necesito mejor hacerme millonaria de la forma mas fácil del mundo-bromeó.

Ayy Leah tú tambien siempre matas momentos románticos-rodé los ojos.

Por eso me amas-dijo siguiendo su camino hacía dentro de la habitación.

La vi agarrar su ropa he ir al baño a cambiarse y yo fui por la mía y me vestí. Agarré mí teléfono y le mande un mensaje a los chicos para ver cuando nos reuníamos a grabar. En cuanto escuché la puerta del baño abrirse me volteé encontrándome con Leah quien vestía un jeans ajustado, una camisa blanca que decía "Madre los 365 días" (que yo le regalé) y mis queridos zapatos que fueron raptados con descaro.

Creo que no encuentro mis zapatos, Leah ¿Acaso no has visto mis zapatos?-le pregunté.

Oh no, ni lo sueñes, no pienso dártelos. Haya en el rincon hay otros tuyos-señaló.

*****

Baje del auto y miré a Leah. Sabía que había que temerle, la casa se veía muy grande. No me molestaba lo que ella quería, pero nuestra casa era cómoda siendo pequeña. No necesitabamos tanto espacio, mientras menos espacio mas se comparte.  Agarró mi mano y me arrastró hacía la puerta.

Con suerte ya la persona que nos presentará todo está adentro, solo hay que tocar y ver si sale alguien. La chica me ha dicho que se encontraría aquí con nosotros-dijo tocando la puerta.

En tan solo unos segundos una mujer abrió la puerta. Leah me miró y se hecho a reír. "Te lo dije" dijo soltando mi mano y caminando adentro. La seguí sin decir nada. Luego de que la señora nos diera un tour por la casa llegué a una conclusión, no la quería, era demasiado grande.

Tenía cinco habitaciones por lo que Leah ya había decido como los ordenaría. En la Master iríamos nosotros, en la que iba seguido de la nuestra iban Lucas y Dylan, luego de ellos iban Karen y Sebastián y por último y en habitaciones distintas Sofia y Joan. Estoy seguro que cambiara esos planes luego si la compra. Tenía dos baños, uno en lo que seria nuestra habitación y el otro fuera. En la planta de abajo tenía la cocina, el comedor, una sala de estar, una habitación tipo biblioteca la cual Leah quería que fuera como nuestra habitación para trabajar, un pasillo que daba al patio. El patio era bastante grande donde Leah quería hacer casi un parque de diversiones para los niños. Simplemente creo que es bastante para nosotros.

Y bien amor, ¿Qué piensas?-preguntó Leah mirándome.

No, no quiero Leah. Esto es demasiado, yo estoy cómodo en la casa de ahora. Ninguno de los niños nunca se a quejado porque no tengan espacio. Mientras mas pequeño el espacio mas compartimos, no necesito un baño personal si puedo pelear con Joan cada mañana por el baño de nuestra casa-le dije con sinceridad.

-Yo de verdad quiero hacer esto. Solo piensalo mejor y luego me dices.

Está bien Leah hagámoslo. Vamos por una....Casa Nueva.

Siempre Te ame [CEC #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora