Capítulo 7

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Punto de vista de Alejandra.

¿Qué es el amor?

Para él mí el amor tiene dos nombres y cuatro apellidos, son dos personas distintas y cada cual tienen su propio amor.

El primer nombre: Daniela Llorente González.
Una hermosa criatura de seis meses de pelo rubio y ojos azules, algo tan pequeño que me hace sentir un amor tan grande que ni yo misma soy capaz de descifrarlo. Su sonrisa, sus manitas, su carita, es eso que me llena de tanta felicidad que quiero parar el tiempo para que deje de crecer porque quiero que siempre esté entre mis brazos donde nadie le puede hacer daño.

El segundo nombre: Marcos Llorente Moreno, la primera vez que lo escuché, me reí de él. Es un poco irónico, es el tío más rubio que conozco y que se apellide Moreno es un poco irónico. Él es un ser de veintisiete años que un día apareció por mi vida y me la cambio, destruyó todos mis esquemas, todo lo que yo creía sentir por Neymar, él lo puso patas arriba. Si echo la mirada atrás, le empecé a querer desde el primer momento, y jamás lo dudé, solo tuve miedo.

—Bueno, bienvenidos a la primera reunión Pre-partido del mundial de Qatar. —habló Luis Enrique.

Estábamos en la sala de reuniones, mañana se jugaba el primer partido del mundial contra Bélgica.

Los chicos estaban nerviosos, pues para muchos de ellos era el primer mundial, y más en el caso de Gavi que el chaval acaba de cumplir los dieciocho y está aquí jugando su primer mundial. Luego está Pedri, que en semana y media cumple veinte y también está aquí jugando su mundial. Vamos que yo en el caso de ellos estaría un poco acojonada.

—Tenemos una nueva incorporación. —de repente entró una chica de pelo moreno y muy parecida a Lucho. —Esta es Sira, mi hija. Viene a ayudar a Ale y a Carla.

—En realidad, vengo porque adoro la familia que habéis formado y quiero formar parte de ella. —dijo regalándonos una tierna sonrisa.

A Sira ya la conocía, me cayó muy bien. Venía a ver los partidos al Camp Nou frecuentemente cuando Luis Enrique entraba al Barça y por ende yo aún era la novia de Neymar, solía juntarse conmigo, Antonella y Sofía. Siempre tuvo mejor relación conmigo.

—Venga, no me jodas. —dijo Ferran bufando. Yo le miré extrañada.

Aquí hay algo que mi instinto cotilla debía de saber.

—No vayas a acosar al chaval. —habló Marcos en mi oído.

Mierda, este hombre me conoce muy bien.

—¿qué ha pasado? —pregunté.

—No lo sé, pero tampoco es asunto nuestro. —respondió.

—No, necesito saberlo. El chismorreo alimenta mi vida.

—Alejandra, por favor.

—Nunca te he hecho caso, no te lo voy a hacer ahora.

Seguí escuchando la charla de Lucho, pero claro también pensando qué le pasaba a Ferran con Sira, algo grande para mí instinto cotilla.

No sé en qué momento me quedé mirando embobada a Marcos, que sostenía en sus piernas a Dani, luego miré hacia atrás y vi a Carla apoyada en el hombro de mi hermano que este también sujetaba en sus piernas a Chloe. Suspiré, porque hace dos años nadie nos había dicho que acabaríamos así, ni siquiera por mi mente pasaba hacerme casi familia de la selección.

—Bueno, ahora toca a trabajar y descansar. —dijo Luis Enrique dando por finalizada la concentración. —Por cierto, no hace falta que diga que no os intentéis marcar un Marcos y un Eric, a Sira se la mira y no se la toca.

—Jo, mister. Es que te ha salido guapa. —Dijo César poniéndole ojitos. A mí Azpilicueta me hace eso, y me corro.

—Y tú más lejos aún, que eres un abuelo. —dijo Lucho pegándole en la nuca a César, este se fue riéndose pero rascándose la nuca porque la colleja había sido fuerte.

—Ogg. —escuché bufar de nuevo a Ferran.

Antes de que se marchara lo pillé.

—Ferran. —le dije captando su atención. —¿te has tirado a Sira?

Yo ya con estos no me andaba con rodeos, era una tontería tremenda, nos teníamos muy calados ya.

—Litte Towers, ¿te has tirado a Sira? —llegó mi mejor amiga a preguntarle también, lo sabía ella tampoco podría resistir la tentación de saberlo.

—¿de donde sacáis eso? —dijo riendo nervioso. —Estáis enfermas, no.

—Has puesto exactamente la misma cara que pusiste cuando te pregunté si te tiraste a Carla. —miré a la morena que estaba a mi lado, asentía.

—Sois unas pesadas, dejadme en paz.

—¡Eso es un sí! —gritó Carla. —Madre mía, ¿Lucho lo sabe?

—No, y te callas o le digo a tu marido que eres capaz de haber tenido más orgasmos conmigo en una noche que en un año y medio con él. —dijo amenazándola.

—Eso es mentira. —reprochó mi amiga.

—Lo sé, pero la mosca cojonera la va a tener detrás de la oreja. —me reí por lo bajo. —y tú, Ale. Cállate o le digo lo mismo a Marcos, pero con Ayme.

—Que hijo de puta, Torres.

—Ya sabéis. No tocarme los huevos con el temita Sira.

Nuestro amigo se fue perdiendo por el pasillo y a nuestro frente se puso Pedri, ese es mi niño, el canario más cotilla de todo Barcelona.

—Sí, se la ha tirado, pero Sira le rechazó porque le daba miedo la reacción de su padre, y Ferran está pillado. —soltó el canario. —De nada.

Dijo y se fue haciendo una pose diva. Le adoro Dios mío, acaba de satisfacer todo mi corazón cotilla.

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HOLAAAAAAA.

¿Fersira? O ¿Sirran? 🤔

Adoramos a nuestro canario cotilla. 🥰

15 votos y doy capítulo 8. 😶‍🌫️

ONSIDE -Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora