Capítulo 29

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Punto de vista de Alejandra.

Habíamos pasado a cuartos de final del mundial, el otro día todo el hotel de la nueva ciudad de Catar que habitábamos había sido una auténtica fiesta, para todos menos para mí. Ojalá pudiera decir que aclaré todo lo que sucedió con Pedri y que Marcos dejó de estar enfadado, pero lo cierto es que no me mira a la cara y que tampoco dirige la palabra a Pedri, a quien le pedí disculpas más de cien veces por lo sucedido hace tres días, él me dijo que no tenía importancia que todo sucedió porque los dos quisimos y que haber pasado la lengua por todo mi cuerpo compensaba todos los puñetazos que Marcos pudiese darle. Me reí, cómo no hacerlo si es un encanto de persona.

—¿te imaginas que ganamos el mundial? —Dijo mi hermano apoyando su cabeza sobre mi hombro, yo me reí.

—No vamos a ganar el mundial, pero ojalá. —habló Dani.

—No seas gafe, tío. Que en mi boda quiero ser campeón del mundo. —dijo Pau. Su boda con Gerard el acontecimiento del año, y era lo más esperado por la selección española, al menos espera que tengan mejor futuro que el que hemos tenido Marcos y yo.

—sigue diciéndolo en alto, imbécil. Te van a detener. —le reprendió Ayme.

—Me da igual, Catar es una mierda de país que no tiene en cuenta los derechos humanos. Amarse no debería de ser un delito. —volvió a hablar el valenciano.

—Si hicieran una redada en este hotel nos tendrían que detener a todos, sexo fuera del matrimonio de Ale y Pedri, Ale y Marcos tienen una niña sin llevar casados al menos siete años, Carla y Eric igual y para rematar vamos a asistir a una boda homosexual. —Habló ahora Gavi.

—Sin hablar que te estás tirando todo lo que se mueve, pequeñín. —dijo Pablo.

—¡Chiquis! —escuchamos una voz detrás nuestra y al girarnos vimos a cierto jugador de la Real Sociedad y nos alegramos muchísimo, tanto que fuimos a abrazarle corriendo, se le echaba de menos por aquí y lloramos mucho cuando Luis Enrique nos comunicó que no iba a estar en la convocatoria.

—Te echamos mucho de menos, Miki. —me miró con media sonrisa y fulminando me con la mira, Mikel odia que le llame Miki.

—Tío, ¿cómo va esa recuperación? —preguntó Pau.

—Bueno, ahí va, va bien. —dijo apenado de no poderse haber recuperado antes del mundial. —Qué, a cuartos eh.

—Espero que no caigamos aquí que es que Portugal es mucha Portugal y mira el por culo que nos estaban dando en la puta Nations League. —habló Aymeric estresado de la nada.

—Que no digas eso, Ayme joder. —le regañó Mikel.

La alarma de mi teléfono sonó como que eran las seis de la tarde y le tocaba una toma de leche a Daniela, la cual estaba con su padre, así que aparté a mi hermano del grupo para hablar con él.

—Eric, ve a por Daniela, le toca su toma de leche. —le dije, él rodó los ojos.

—Alejandra no podéis seguir así. Ve tú, es hija de los dos y no vais a poder evitaros por los pasillos toda la vida.

—Que no quiere verme, Eric. Me aparta la mirada y me esquiva por cada esquina que trato de hablar con él.

—pero, quien eres tú y qué has hecho con mi hermana. —le miré sin entenderle muy bien. —Ve y déjale claro que has asumido tu error, pero que no has matado a nadie, eso es lo que haría mi hermana, no la cobarde esta en la que te has convertido.

Eric tenía razón, Daniela era hija de ambos y si no podíamos si quiera mirarnos a la cara no era un buen ambiente para criar a Daniela.

Enseguida fui a la habitación que un día Marcos y yo compartimos, y fui pensando en cómo cojones hemos acabado así. Si nos queremos.

ONSIDE -Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora