Capítulo 8

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Punto de vista de Alejandra.

La primera semana de Qatar de Daniela había sido prácticamente un caos total, aunque no vamos a engañar que a todos su sonrisa y sus ojos nos tenia embelesados, al igual que Chloe.

A Marcos esto de ser padre le comenzaba a superar, llevábamos como cinco días sin poder dormir bien porque la peque no consiente dormir sola en la cuna, Eric y Carla ya juraron que Chloe no era tan llorona como Daniela. Gerard que ya sufrió esto con Isabela -su hija- Nos recomendó paseos en coche, pero cualquiera sacaba a Marcos de la cama, y tras pelearme con mi hermano porque era demasiado tarde para salir finalmente, Neymar me acompañó.

La convivencia de dos selecciones en un hotel, y que solo les separaba una planta, y que pertenecen a mundos totalmente distintos, - La Brasileridad y la Españita - estaba siendo bastante complicado, pero no puedo negar que me sentía en la gloria porque tenía a mi lado a mucha gente importante y había buenos momentos.

Dani comenzó a llorar de nuevo en la cuna, yo bufé e hice un puchero tapándome los oídos, pero después me reincorporé para mecerla y tratar de calmarla.

— ¡Ay no! Otra vez no. — dijo Marcos tumbándose en la cama boca abajo y colocando la almohada en su cabeza para no escuchar el llanto de nuestra hija. — Daniela por favor, son las tres de la mañana.

— Pero bueno, otra vez llorando. — dice Carla entrando por la puerta de la habitación con todo el pelo revuelto y cara de sueño. — estamos intentado dormir.

— ¿y nosotros que?, ¿acaso estamos de parranda, Carla? — se levanta Marcos fastidiado por el sueño y yo sigo tratando de calmar a Dani.

— Insonorizar la habitación por favor. — dice César que se une a la queja de Carla.

— ¿Qué tal si te insonorizo la cara? — responde Marcos.

— Hey man, que agresivo.

— La falta de dormir. — respondí, al ver que Dani no se calmaba yo bufé y miré a Marcos a mi lado que estaba apoyado sobre sus codos con los ojos cerrados. —Marcos...

— ¡No! Ay, no. — se tumba para atrás por completo. — no puede ser.

— vamos, Marcos. — trato de tirar de él con una mano pero no hay manera, le abofeteo el brazo pero no se levanta así que me levanto yo con Daniela y César acompañado de Carla siguen mis pasos desesperados.

— Te prometo que la próxima vez que te acuestes con Marcos voy yo mismo a ponerte el condón. — asegura Pedri frotándose los ojos.

— Apártate, enano.

— ¡Cómprale una consola, una Wii, lo que sea pero cállala por mi Salud! — grita mientras me alejo por las escaleras y al bajarlas ya veo a Gerard y a Pau en el sofá con dos cojines en la cabeza para tratar de suavizar escuchar los llantos de Daniela.

— ¿dónde está Eric?— pregunté a los dos chicos y ellos se encogieron de hombros.

— Ni me mires que no te acompaño. — dice mi hermano en la oscuridad con un buen tazón de café.

— Que buen tío eres. — para mi fortuna llega Neymar dispuesto a acompañarme.

Coloqué a Daniela en su sillita de paseo y dimos unas cuantas vueltas por la manzana hasta que se durmió, ya casi estaba amaneciendo, bueno, otra noche sin dormir. Cuando me imaginé mis noches sin dormir a los veinticuatro años me las imaginé en las discotecas y bailando, no con un bebé dando vueltas en coche con mi ex novio, dado que mi marido y el padre de mi hija se refugió en una almohada.

ONSIDE -Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora