Capítulo 23

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Punto de vista de Marcos.

El amor se puede definir como una afección profunda que empuja a la persona que la siente a buscar una proximidad con el ser amado. Por supuesto, la intensidad varía según la persona, es decir, puede ser débil, fuerte o incluso obsesiva, difícilmente controlable.
El amor naciente se manifiesta por numerosos signos que no engañan, como palpitaciones, un nudo en la garganta, sudor en las manos, o incluso una inmensa felicidad que nos invade al pensar o ver a la persona deseada.

Yo la considero un arma de doble filo, la felicidad y el dolor inmenso.

El amor duele de cualquiera de las maneras posibles: si lo tenemos, si no lo tenemos, si lo perdemos, si lo encontramos...

Alejandra a mí me dolía, mucho, demasiado, mi corazón ahora se sentía herido, destrozado.

Cuando me casé con ella juré que nada ni nadie iba a poder separarnos y que éramos la pareja más consolidada del planeta, pero lo cierto es que nuestra relación siempre estuvo llena de altibajos. Nunca estuvimos preparados para casarnos, pero aún así lo hicimos, porque estamos enamorados, al menos yo.

Ella siempre había estado llena de dudas, yo lo sabía, Neymar siempre iba a ser su debilidad e intenté que eso no me doliese, pero lo cierto es que a él siempre le ha mirado con un brillo especial del que a mí nunca me miró. Por eso, le besó y por eso, sin estar conmigo le buscó.

Si, lo escuché todo, por eso estoy así.

—Marcos, ¿Qué te pasa? —preguntó la todavía mí mujer. —pensé que estábamos bien.

—Yo también lo pensé, pero la realidad es que no, Alejandra. Nuestro matrimonio no está bien. —le pasé el juguete a nuestra hija que estaba sentada en un sillón jugando.

—¿Qué ha pasado? No entiendo nada...

—Neymar siempre va a ser tu debilidad, Ale. Aunque me duela admitirlo y aunque me haya engañado durante tanto tiempo a mí mismo.

—¿Qué estás diciendo? —frunció el ceño.

—Te escuché hablar con él, escuché lo del beso y todo lo que pasó cuando vivías en París con él.

—Marcos, joder. Pensé que las inseguridades que tenías con Neymar las dejamos en Zúrich hace un puto año. Creo que es un poco obvio a la persona que quiero. —dijo acercándose a mi, estaba molesta.

—¿me quieres o crees quererme?

—¿Qué cojones dices? Te quiero joder. Eres mi marido, eres el padre de mi hija, lo eres todo. No me creo que me estés haciendo esto.

—Tenías razón, lo mejor es que no nos engañemos más a nosotros mismos, esto debe de acabarse. —sentí mi corazón romperse, porque estaba arrancando de cuajo una gran parte de él. —Esto me duele, porque yo llevo enamorado de ti desde que te vi, desde que Rihanna formó parte de esto...pero, Ale, no puedo seguir engañándome y la verdad es que tú y yo no funcionamos.

—No...no puedes hacerme esto.

—Durante el tiempo que nos quede de mundial seguiremos casados, pero separados, hasta que podamos volver a España para firmar el divorcio. —hablé y vi sus lágrimas bajar por sus mejillas, verla llorar era una de las peores sensaciones que había experimentado en la vida. —Lo siento, pero tú y yo no podemos seguir engañándonos. No estamos hechos para estar juntos.

Cogí a Daniela que estaba sentada en el sillón y le di un pequeño beso en su frente, la dejé con su madre que ahora la iba a necesitar. Por mi parte, salí del living hacia la habitación que pensé que compartiríamos durante todo el mundial, pero ya ven, ni siquiera hemos llegado a estar casados un año.

Cuando entré en aquella habitación el mundo se me vino abajo, y lloré. Nunca he tenido ese pensamiento retrograda de que los hombres no lloran, esa tontería que dijo The Cure de Boys don't Cry no era cierto, lo que sí era cierto es que yo he sido siempre de reprimir las emociones negativas, y llorar en este momento para mí era simbolo de dolor, el dolor de saber que Alejandra y yo no vamos a estar juntos nunca más, que verla dormir y despertar a mi lado se había acabado.

Por mi mente pasaban miles de recuerdos juntos, todo lo que habiamos vivido había sido tan intenso, que ojalá pudiera tener una máquina del tiempo para regresar a ellos.

Habiamos llegado a Sevilla, era junio nuevamente, pero junio de un año después. Nos enfrentábamos a Portugal en la fase de grupos de la Nations League.

--Siento un poco de nostalgia. --dijo Ale, quien cargaba a Daniela que estaba durmiendo, a penas era una bebé de semanas.

--Yo también, pero ahora es distinto, ahora ya no hay tira y afloja entre nosotros, ahora directamente eres mi mujer.

me miró sonriendo, y su sonrisa para mí siempre lo había significado todo.

Traté de dejar de pensar en eso, ya mismo salíamos para el estadio y hoy era titular, después del gol contra Inglaterra, lo que debía de hacer ahora es concentrarme en ayudar al equipo y de que pasemos de fase, hoy nos la jugamos toda y sinceramente, no estoy preparado para volver a España aún y firmar ese divorcio.

—Marcos, ya vamos a salir. —dijo Carla a un lado de la puerta.

—ya voy.

Fuimos al estadio, nos la jugábamos, en mi cabeza estaba claro eso, pero más claro estaba que la chica morena que estaba con mi hija en el asiento del fondo era la persona que más había amado en toda mi vida y la persona que más podré amar nunca.

—¿de verdad que se acabó? —preguntó Unai.

Suspiré, no sabía cómo responderle sin ponerme a llorar, creo que estaba tan jodidamente roto.

—Sí, se acabó.

—¿sabes que siempre os unirá Daniela?

—Claro que lo sé, pero ya no más. Nuestro error fue poner un punto suspensivo donde iba un punto y final.

Bajamos del bus, nuestro camino se puso al vestuario. No le quité ojo a Alejandra, por supuesto que iba con nuestra hija.

Carla y Eric estaban discutiendo, llevaban haciéndolo durante todo el viaje, y en mi mente solo pude pensar, "no, con uno roto ya es suficiente"

—Marcos, toma, tu agua. —dijo Alejandra, su voz sonaba entrecortada y no me miró a la cara.

—gracias. —dije secamente.

Miré a Daniela quien estaba en su sillita jugando con la cadena de su chupete.

—Te quiero. —le dije a mi hija y dejé un beso en su frente.

Al levantarme, miré a Alejandra y ella a mí, fueron segundos, pero segundos que destrozaron el alma y el corazón, no estaba listo para nada.

Salí por el túnel con los demás.

—y a ti también, Ale. —dije para mí mismo.

Al lado mío en el túnel  antes de todo, se puso Carla.

—si pasamos esta noche, ¿ahogamos penas? —dijo Carla, esa mejor amiga que siempre iba a tener para todo.

—Sí, falta nos hace.

—Entonces dale caña, suerte. —me dio un suave beso en la mejilla antes de saltar al campo.

Ahora comenzó todo lo que marcaría un antes y un después, en la competición y en mi matrimonio con Alejandra.

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HOLAAAAAA💘

Queda inaugurado oficialmente el drama Marcale!😃

Maratón 2/2🤍

Espero muchos comentarios y votos!!😊✨

ONSIDE -Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora