Capítulo 32

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Punto de vista de Alejandra.

18 diciembre 2022.

Lusail Stadium, Catar.

No me podía creer que ya había llegado el final del mundial, y lo que menos me podía creer de todo es que nosotros, la selección por la que nadie daba un duro que estuviese aquí. Habían ido callando bocas poco a poco, una por una, demostrando partido tras partido que con nosotros no podía nadie. De nuevo otra competición estaba llegando a su fin, y esta vez si habíamos convivido un mes al completo, un mes en el que habían predominado como siempre las sonrisas,a mi esta selección me da la vida, ahora hasta febrero/marzo no volvíamos a juntarnos y estaba segura que me iba a acabar volviendo loca sin ellos, porque tenerlo por separado y mandando cada tres segundos un stick en distinto al grupo de whatsApp a mi me pone de los nervios.

Estábamos en el vestuario, los nervios en las caras de todos y cada uno de los jugadores se hacía notar, en los que eran titulares y en los que no también, no había que ver más a Gerard que no le quedaban más uñas que morderse,  estaba claro que quería ser campeón del mundo en su boda que será dentro de tres días.

—Venga, venid todos. —Nos llamó Luis Enrique.

Algo que siempre me había gustado de todo esto es que nunca nos habían tratado como simples reponedoras de botellas, sino que formábamos parte del equipo, desde el primer hasta el último momento.

—Estamos hoy aquí, doce años después de la primera y última final del mundial, en Brasil 2014 no pasamos de fase de grupos y como actual campeona del mundo nos humillaron, en Rusia 2018  en penaltis no pudimos pasar a cuartos, pero hoy estamos aquí y nos lo merecemos como nadie, lo hemos pasado muy mal, desde el primer partido hasta las semifinales con Francia en las que incluimos penaltis, os vi llorar aquella noche, también he visto como llorabais pensando que no llegabais a la convocatoria y habéis llegado, otros muchos ha sido un poco difícil, pero estáis aquí apoyando. —miró a Mikel. —No tengo. Ninguna duda de que nos vais a llevar. Lo más alto y me vais a despedir como me merezco, también vamos a dejar descansar esta noche a las reponedoras de botellas ¿no?. Vamos allá, con la fuerza del grupo.

Todos hicimos piña en el centro con las manos unidas. 


—1, 2, 3 ¡GANAR GANAR Y GANAR! 

Al separarnos vi a Marcos,  nuestra relación habia mejorado muchísimo y habíamos aprendido a ser amigos por el bien de Daniela, aunque yo le quiero y sé que en el fondo él también me quiere a mí.  

No sé si amigos es la palabra para definir lo que somos, ese beso hace cuatro días decía lo contrario, nuestra forma de actuar en el hotel me decía que éramos padres divorciados, en este caso, por divorciarse.

—tia, que no me puedo creer que haya pasado un mes, pero lo que aún me puedo creer menos es que estemos en la final. La última que viví tenía trece años. —miré a mi mejor amiga sonriendo. La verdad es que tenía razón todo era tan increíble. —Ahora que me he acostumbrado a Catar, volver a Barcelona me va a suponer un fuerte shock.

Bajé la mirada, sabiendo que yo me iba a tener que enfrentar a Madrid y a mi divorcio.

—No estoy lista para volver a Madrid mañana. —mi amiga me miró dándome comprensión.

—¿Tenéis ya fecha para firmar?

—El día después de la boda de Gerard y Pau, es decir, en cuatro días.

Y no quería ponerme a llorar en un día que suponía felicidad como hoy, una final de un mundial, pero es que algo dentro de mi se estaba muriendo poco a poco, algo dentro de mí perdía al hombre que amaba.

ONSIDE -Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora