Pov Jisoo
Me encontraba cargando a la Soldado Kim devuelta a la enfermería, por segunda vez, no podía creer que esta mujer tuviera tan poco sentido común, ni que tampoco tuviera respeto alguno por la autoridad, si no fuera porque Wheein me había ordenado no echarla de mi escuadrón ya lo habría hecho. Había algo en ella que me ponía increíblemente incómoda.
Abrí la puerta de la enfermería, Yeri me miró con desaprobación mientras dejaba a Kim en una de las camillas del lugar.
-¿Qué hizo esta vez?- preguntó mientras se acercaba a la camilla para revisar a su ocupante- ¿te sonrió más de la cuenta?- preguntó con sarcasmo.
-Me llamó por mi nombre- Yeri me miró incrédula- en la cafetería delante de todo el pelotón y varios más- la doctora soltó una carcajada y volvió a mirar a Kim.
-Debo admitir que tiene agallas, me recuerda a ti cuando llegaste a la academia por primera vez- le quitó un mechón de pelo en la cara, algo en la intimidad del gesto hizo que mi estómago se revolviera con molestia e hice una mueca de desagrado por su comentario sobre mi pasado- Me gusta esta chica- la miré como si tuviera problemas mentales.
-Si te gustan las locas autodestructivas, ella es tu mujer- resoplé aún más molesta que antes.
-No puedes negar, que es hermosa- me sonrió con malicia- si no tuviera todos estos golpes en la cara se le vería increíblemente adorable, sus mejillas la hacen ver como un pequeño gatito.
Observé brevemente a Kim, era cierto que era atractiva, cabello largo y castaño con puntas media onduladas, ojos cafés, labios prominentes, cachetes adorablemente rellenos que la hacían parecer un... ¿gatito?, JA. Alguien tan caótica como ella jamás podría ser de mi gusto y agrado.
-Creo que deberías decir que sus cachetes la hacen ver como una ardilla salvaje.
-No deberías ser tan dura con ella- Yeri me reprendió- Ella no está acostumbrada a nada de esto, ni siquiera quiere estar aquí.
-Eso no es asunto mío- me giré para irme, no sin antes darme un último vistazo, recordé la forma en la que había dicho mi nombre y como había acariciado cada letra dulcemente, no pude evitar sonreír y quise golpearme por haber disfrutado el escuchar mi nombre en sus labios.
Salí azotando la puerta.
Pov Jennie
Abrí mis ojos lentamente mientras dejaba salir un quejido- Espero que esto no se convierta en una costumbre- la dulce voz de Yeri me hizo despertar del todo.
-Si puedo verte más seguido, valdrá la pena- bromee mientras me sentaba, mi vista se enfocó en sus ojos café y sonreí ampliamente.
-Pensé que habíamos hablado sobre esto- Negó divertida mientras se sentaba en la cama conmigo- deja de hacer que te golpeen.
-No pude evitarlo, soy una masoquista- le guiñé un ojo mientras intentaba levantarme torpemente.
-Jennie...- me miró preocupada.
-Estoy bien y lo sabes, no necesito quedarme- me levante caminando hacia la puerta- además tengo que demostrarle que puedo ser un Soldado ejemplar.
-No la hagas enojar.
-Sabes que eso es imposible- escuché como suspiraba antes de salir.
Caminé por los pasillos intentando recordar que clase tendría mi escuadrón en este momento, decidí regresar a los camarotes para revisar el horario que nos habían entregado. Al entrar me sorprendió mucho encontrar a Manoban sentada en su cama, se levantó inmediatamente a penas me vio.
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𝐌𝐢 𝐒𝐚𝐫𝐠𝐞𝐧𝐭𝐨〃𝐉𝐞𝐧𝐬𝐨𝐨
FanfictionJennie Kim llega a la academia militar de mujeres de Seúl obligada por sus padres, quienes están cansados de sus caprichos y rebeldía. Allí conoce a la Sargento Kim Jisoo, quien se encargará de hacerle la vida imposible. ¿Logrará Jennie sobrevivir...