𝐌𝐢 𝐒𝐚𝐫𝐠𝐞𝐧𝐭𝐨〃𝐉𝐞𝐧𝐬𝐨𝐨

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Pov Jennie

Ni creas que hemos terminado, súbete- ordenó, con dificultad me senté sobre ella, con mis rodillas apoyadas al lado de sus muslos, mirándola- Ahora quiero que te folles mis dedos- inspiré fuertemente mientras asentía, cuidadosamente agarré su mano e introduje dos dedos en mi interior- No, los cuatro- volví a asentir mientras me acomodaba sobre sus cuatro dedos, gruñí cuando entraron, en esta posición se sentían mucho más grandes, tiré mi cabeza hacia atrás intentando pensar claramente- Múevete- Gemí. Que ella me estuviera dando tantas órdenes en ese tono de voz ronco no ayudaba, comencé a mover mis caderas de atrás hacia adelante en un vaivén lento, comenzaba a ser un poco doloroso, pero por alguna razón, me gustaba.

Mis movimientos lentos parecían no ser suficiente para ella, porque me dio una nalgada que me hizo jurar- Más rápido- aumenté el ritmo- hacia arriba y abajo- suspiré mientras me agarraba de sus hombros y comenzaba a impulsarme sobre ella, gemí, jadee y maldije. Ese movimiento lograba que toda la extensión de sus dedos entraran hasta lo más profundo de mi sexo y por si fuera poco golpeaban directamente en mi punto sensible. Ella pareció notarlo, porque comenzó a curvarlos cada que entraban.

-Jisoo...- gimotee su nombre- no puedo más...- la posición me estaba cansando y estaba al borde de otro orgasmo, aún así ella no tuvo compasión, al notar que mi ritmo disminuía me apuraba con una fuerte nalgada- Por favor- supliqué, sentí como rodeaba mi cintura con su mano libre y giraba para acostarme sobre la cama, no había terminado de tocar el colchón cuando ella ya me estaba penetrando fuertemente- Por Dios... aaaghh- sus estocadas certeras y aceleradas.

-Córrete para mí- asentí, lo único que sabía hacer era asentir- di mi nombre Jennie, si no lo haces te voy a castigar- tuve la tentación de no hacerlo, quería saber que se le ocurría para castigarme, pero aunque hubiera querido no pude evitar decir su nombre una y otra vez, reafirmando el control que tenía sobre mí.

-Te amo- fue lo último que grité antes de sentir como el orgasmo arrasaba con toda la cordura que me quedaba- te amo tanto- gimotee, ella me besó lentamente mientras me recuperaba.

-También te amo- salió de mí, se acostó a mi lado y me atrajo en un dulce abrazo- ¿estás bien?

-Eres una salvaje- refunfuñé sin aliento- no creo que pueda caminar mañana- bromee y reímos las dos- fue increíble.

-Me alegra- noté algo de preocupación en su voz.

-¿Qué pasa?- evitó mi mirada- Jisoo- la regañé- dime.

-Es solo que cuando te estaba... ¿nalgueando?- reí- pensé que te iba a traer malos recuerdos y me asusté por un momento de hacerte daño- me encantaba que se preocupara por ese tipo de cosas y que fuera sincera al respecto.

-Contigo, jamás me va a molestar que hagas eso- le acaricié la mejilla- es más... podemos intentar más cosas... si quieres- me miró curiosa.

-¿Qué tipo de cosas?- sonreí.

-Ya lo hablaremos después- intenté levantarme, ya me dolía todo, me hizo preocupar seriamente de que no fuera capaz de pararme mañana, era la primera vez que ella había sido tan... agresiva, sin contar que era mi primera vez recibiendo cuatro dedos...- tengo que ducharme y regresar al camarote.

-Duchémonos juntas- tuve la tentación de negarme, estaba segura que me iba a someter de nuevo en la ducha, pero ella ya me estaba cargando directo al baño de la habitación- No te estaba preguntando- sonreí, supongo que se había dado cuenta de lo que estaba pensando- Y solo nos vamos a duchar- asentí agradecida- Espero que te quede claro, lo que te va a pasar cada que me retes y desobedezcas- un escalofrío recorrió toda mi columna.