Capitulo 9

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Días después...

Luz ya había elegido las canciones de sus bailes con ayuda de sus amigas y su maestra de danza había aceptado ayudarle con las coreografias, Alex comenzaba a sentir algo por Luz más que una amistad. En la Estatal Gerardo y Lulú también comenzaban a entablar una amistad.

-¿Y cómo te has sentido trabajando aquí con nosotros?- preguntó Gerardo.
-La verdad muy bien- respondió Lulú-. He aprendido más cosas aquí que en donde estaba y la verdad que tengo un buen compañero.
-Gracias, tú también eres buena compañera.

Ambos se regalaron una sonrisa, pero esta sonrisa era diferente a la que mostrarían los amigos. Gerardo no sabía lo qué le sucedía pero al estar con Lulú sentía una inmensa felicidad que no había sentido desde que Luz llegó a su vida.

-Lulú, hoy salimos temprano de trabajar ¿te gustaría venir a mi casa a comer? Aprovechando para presentarte a mi hija.
-Claro Gerardo, me encantaría ir.
-Perfecto, para avisarle a mi hija.

Luz y sus amigas comenzaban a almorzar sentadas en una banca, Alex llegó para almorzar con ellas pero también le llevó una bebida a Luz.

-Aquí tienes, Lucesita- dijo Alex entregándole la bebida y dándole un beso en la mejilla.
-Gracias Alex- dijo Luz sonrojada y miró a sus amigas quienes la miraban con picardía.

Los cuatro almorzaban disfrutando su almuerzo porque platicaban y reían de algunos chistes que contaban, pero el momento se vio interrumpido cuando el celular de Luz sonó.

-Disculpen, me habla mi papá- dijo Luz al ver el nombre del contacto.
-Claro amiga, sin problema- dijeron sus amigas y Luz se alejó un momento.
-Chicas, aprovechando que Luz se fue necesito que me ayuden a organizar algo especial- dijo Alex.
-Claro, ¿qué vas a hacer?

Mientras Alex les platicaba su plan, Luz estaba un poquito alejada para contestar la llamada.

Llamada
-Hola papá- contestó Luz.
-Hola hija, ¿no te agarro ocupada?- dijo Gerardo.
-No, acabo de salir a lonchar pero ¿qué pasó?
-Solo te iba a avisar que hoy llego temprano a casa y llevaré algo de comer porque invité a una compañera del trabajo. ¿No te molesta?
-Claro que no papá, cualquier persona que sea amigo tuyo es bienvenido.
-Gracias hija. Bueno, te dejo para que almuerces y yo voy a continuar trabajando.
-Si papá, nos vemos en la casa. Te quiero.
-Y yo a ti mi niña.
Fin de la llamada

Luz colgó y regresó con los demás, quienes estaban muy callados, lo cual fue extraño para ella.

-¿Todo bien?- preguntó Luz.
-Si bonita, solo que estábamos esperándote- dijo Alex abrazándola y dándole un beso.
-Si amiga, no pasa nada- dijo Eugenia sonriendo.

Luz no le tomó mucha importancia y continuó almorzando junto a sus amigos, aunque de vez en cuando los miraba extrañas porque andaban misteriosos.

-¿Qué te dijo tu hija?- preguntó Luz.
-Pues para como la escuché estoy seguro que le agradarás y ella te agradará- dijo Gerardo sonriendo-. Es una niña maravillosa, es mi orgullo.
-Y tú eres el orgullo de ella.

Gerardo sonrió aún más por escuchar aquellas palabras que le dijo su compañera, tenían poco de conocerse y con lo poco que le había platicado de su hija no lo había comentado con alguien más.

-Bueno, sigamos con el trabajo- dijo Gerardo un poco sonrojado.
-Claro, sigamos- dijo Lulú también sonrojada.

Esa sería una larga y divertida tarde.

Una estrella de otro cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora