Capitulo 8

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Era otro día en la cuidad, Gerardo y Lulú patrullaban por las calles como lo era en su trabajo, pero no solo vigilaban también platicaban para conocerse poco.

-¿Y eres casado, Gerardo?- preguntó Lulú.
-No, pero soy papá de una niña maravillosa- contestó Gerardo sonriendo-. A pesar de ser papá soltero pude lograr sacar a mi hija adelante con ayuda de mi familia, ahora estamos comenzando a organizar los 15 años de ella.
-Eso me da gusto y estoy segura que tu hija se siente orgullosa de ti. ¿Y qué pasó con su mamá?
-Ese es un caso que sigo investigando, por eso me dediqué a esto porque quiero saber quién abandonó a mi hija cuando era bebé.
-La verdad no es justo que le hagan eso a una criaturita y sé que la vas a encontrar. Pero si quisiera recuperarla tú lucha por ella.

Gerardo sonrió por aquellas palabras que su compañera le había dicho, sus hermanos y amigos ya le habían dicho que no se rindiera para dar a parar con la mamá de su hija, ahora con lo que le dijo Lulú lucharía por su hija si su mamá quisiera recuperarla. En ese momento algo comenzaba a cambiar dentro de Gerardo, pero aún no sabía qué era.

-¿Te gustaría venir a la fiesta de mi hija?- preguntó Gerardo.
-Claro Gerardo, me encantaría ir. Espero conocer pronto a tu hija.
-Así será.

Ambos continuaron con su trabajo recorriendo las calles, una amistad comenzaba a surgir.

Mientras tanto en la escuela, Luz y sus amigas caminaban por el patio mientras comían unas golosinas que habían comprado.

-Oigan, ¿saliendo de clases vamos a mi casa para que me ayuden a elegir las canciones de los bailes?- preguntó Luz a sus amigas.
-Claro- contestó Lidia-. Y cuando elijamos las canciones puedes hablar con tu maestra de danza para que nos ayude con las coreografias.
-¡Si, es buena idea!
-¿Y cuándo vas a ir a elegir tu vestido?- preguntó Eugenia.
-Mi papá dijo que probablemente la otra semana ya que tendrá mucho trabajo esta semana.

De repente la sonrisa de Luz se borró y su rostro se volvió triste, no sabía que un momento de su vida llegaría en su mejor etapa.

-¿Qué pasa Luz?- preguntó Eugenia-. De repente te pusiste triste.
-No es nada Eugenia- respondió Luz-. Solo que creo que ese día me acompañará mi tía Diana. No me mal entiendan, me encanta pasar tiempo con ella pero no suelo verla tan seguido y el día que vaya a elegir mi vestido no sé si sienta mucha alegría porque quiero que mi papá lo vea en el gran día.
-Amiga, sabemos que te hace falta una figura materna- dijo Lidia-. Pero al menos sonríe porque ese día será muy especial para ti y todos los que te queremos estaremos presentes. Además, cuando menos lo esperes tu papá conocerá a alguien que amará y será una maravillosa mamá para ti.

Luz logró volver a sonreír, tenía a las mejores amigas del mundo y lo que le dijeron la hicieron no desilusionarse, además, también creía que su papá merecía ser feliz.

-Ya no estés triste amiga y sonríe porque tu galán se acerca- dijeron sus amigas riendo.

Luz volteó hacia atrás y vió a Alex acercándose hasta que estuvo frente a ella.

-Hola Luz- la saludó.
-Hola Alex- devolvió el saludo un poco sonrojada.
-¿Quieres un helado de la cafetería?
-Claro.

Alex y Luz se fueron hacia ese lugar, sus amigas reían emocionadas al verlos juntos.

Una estrella de otro cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora