Luz llegó muy feliz a su casa, quería contarle a su papá la noticia.
-¡Papá, ya llegué!- dijo emocionada-. ¿Dónde estás? Te tengo que contar algo.
Lo buscó por toda la casa pero no lo encontraba, se asomó a la cochera y vió que no estaba el auto, supuso que aún no llegaba así que mientras se fue a su cuarto.
Gerardo llegó minutos después acompañado de Lulú, sus sonrisas no desaparecían.
-Una vez más gracias por la invitación, Gerardo- dijo Lulú sonriendo.
-No agradezcas Lulú, eres una gran amiga a quien estimo- dijo Gerardo.
-Ya me tengo que ir porque tengo que lavar el uniforme para mañana.
-Claro, yo también ya debo entrar porque seguramente Luz ya llegó y no quiero preocuparla. Hasta mañana.
-Hasta mañana, descansa.Lulú se acercó a Gerardo y depositó un tierno beso en su mejilla para después irse. Gerardo se sonrojó y al entrar a su casa se recargó en la puerta, soltó un gran suspiro.
-¿Y ese suspiro?- preguntó Luz.
-¡Ay Luz, me asustaste!- exclamó Gerardo y después se rió.
-Pues sabe en dónde tendrás la mente. ¿Por qué llegaste tarde cuando se supone que me dijiste que yo no llegara tarde?Gerardo se puso nervioso ante esa pregunta, no tanto por el hecho de que hubiera salido con Lulú sino por sus sentimientos hacia ella.
-Hoy salí temprano y... Fui a comer con Lulú- dijo Gerardo nervioso-. Estuvimos platicando mucho rato que... No notamos que el tiempo se nos fue.
-¿Estás bien, papá?- preguntó Luz mirándolo extraño.
-Si hija, estoy bien.
-¿Por qué estás rojo?Sin darse cuenta Gerardo estaba muy sonrojado, obvio sus sentimientos estaban a flor de piel pero no sabía cómo decirle a su hija. Los nervios lo estaban delatando.
-No lo sé hija... Seguramente me voy a enfermar- dijo Gerardo aún más nervioso.
-¿Y por qué estás tan nervioso?- preguntó Luz-. Por tu nerviosismo pensaría que estás enamo...Luz comprendió toda la situación porque ella se sentía igual cuando se enamoró de Alex, miró a su papá de una manera en que le sacaría la verdad, la sonrisita no podía faltar.
-No es lo que estás pensando, yo solo...- dijo Gerardo más nervioso por la mirada de su hija-. ¡Luz, deja de mirarme así!
-Estás enamorado de Lulú, ¿cierto?- dijo Luz sin dejar de mirarlo y Gerardo ya no pudo.
-¡Está bien, lo admito! ¡Si estoy enamorado de Lulú! Pero ya deja de verme así, Lucecita.Luz dejó de mirar así a su papá para finalmente gritar de emoción mientras brincaba en el sillón, Gerardo reía por la actitud de su hija. La adolescente brincó a los brazos de su padre para abrazarlo.
-¡Lo sabía, papá!- dijo emocionada-. No sabes lo feliz que me siento por ti.
-Gracias hija y la verdad quise decirtelo porque eres una personita que le ha tomado mucho cariño a Lulú- dijo Gerardo sonriendo.
-Yo un día te dije que cuando llegara una mujer a tu vida que te hiciera feliz yo la aceptaría porque quiero que tú seas feliz.
-Gracias mi niña. Ahora solo debo pensar en cómo le voy a decir a ella.
-No te preocupes por eso papá, yo te puedo dar un pequeño empujón.
-De verdad gracias hija. ¿Y cómo te fue en el cine?
-Bien, estuvo buena la película. Por cierto papá, hay algo que tengo que decirte.
-¿Qué cosa?
-¡Alex y yo ya somos novios!
-¡¿Qué?! ¡Luz, regresa acá jovencita!
ESTÁS LEYENDO
Una estrella de otro cielo
أدب المراهقينGerardo se ha convertido en papá soltero luego de adoptar a una bebé que dejaron a la puerta de su casa y desde ese entonces se convirtió en lo más especial de su vida. Ahora que Luz está por cumplir sus 15 años habrá muchos cambios en su vida pero...