Capitulo 22

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-¿Cómo que encontraste a tu hija?- preguntó Salvador.
-No estoy del todo segura, pero lo voy a investigar- dijo Leonor.

Más tarde Leonor se encontraba en el jardín acomodando sus plantas, en ese momento vio a Luz que llegaba a su casa, no quiso verse muy obvia así que se acercó con mucha tranquilidad.

-Hola Luz- la saludó.
-Hola señora Leonor- devolvió el saludo-. ¿Todo bien?
-Si, está todo bien. ¿Cómo te fue en tu clase?
-Me fue muy bien.

Mientras Luz le platicaba a Leonor lo que hizo en su clase, la mujer no prestaba mucha atención porque ella solo estaba concentrada detallando el rostro de la adolescente. Sin darse cuenta sus ojos se cristalizaron y unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

-¿Está bien, señora?- preguntó Luz.
-Si Luz, estoy bien- dijo Leonor-. Solo recordé algunos momentos.
-Bueno, si necesita algo estamos para ayudarle. Ya me tengo que ir porque no hay nadie en mi casa.
-Si Lucecita, nos vemos.

Luz entró a su casa, se sentía extraña por la manera en que vio a Leonor pero supuso que fue porque estaba comenzando a conocer a gente nueva. Sin seguir dando vueltas al asunto se fue un rato a su cuarto.

Esa noche Gerardo y Lulú llegaron de trabajar, estaban muy cansados por todas las actividades que realizaron ese día. Gerardo fue al cuarto de su hija y la encontró ya dormida, la arropó y le dió un beso de buenas noches. Justo en ese momento Luz despertó.

-¿Papá?- lo llamó medio dormida.
-Hola hija, ya llegamos- avisó Gerardo-. Perdón, no quería despertarte.
-No te preocupes papá, no tengo mucho rato en que me vine a acostar.
-Hola Lucecita- saludó Lulú al entrar al cuarto.
-Hola Lulú.
-¿No hubo ningún problema mientras te quedaste sola?
-Para nada. Cuando llegué a casa ví a la señora Leonor afuera y pasé a saludarla, aunque la noté un poco extraña.
-¿Por qué?
-Estábamos platicando y de repente comenzó a llorar pero no me dió la razón.

Gerardo y Lulú se miraron entre ellos, pensaron que algo no estaba bien con Leonor. Sin decir nada volvieron a arropar a Luz y le dieron otro beso de buenas noches.

-Ya es hora de que duermas, hija- le dijo Gerardo-. Mañana tenemos muchas cosas por hacer antes de ir a la casa de los vecinos por la invitación que nos hicieron.
-Descansen, los quiero- dijo Luz comenzando a cerrar sus ojos.

La pareja salió del cuarto de la menor para irse al suyo a descansar, Gerardo se sentó en la orilla de la cama y su mirada estaba pérdida.

-Amor, ¿qué ocurre?- preguntó Lulú sentándose a su lado-. Toda la tarde has estado muy pensativo.
-Lo de la tarde solo fue algo leve- dijo Gerardo-. Pero lo que Luz nos comentó cuando llegamos si me puso a pensar en muchas cosas.
-¿Lo de Leonor?
-Si. ¿Tú crees que...?
-Amor, no entremos en conclusiones todavía. Si Leonor fuera la mamá de Luz hubiera reaccionado de otra manera en el momento que la vio.
-Es cierto. Perdón, es solo que aún estoy con el miedo de que quieran quitarme a mi niña si su mamá aparece.
-Tranquilo, eso no pasará porque nosotros lo impediremos y averiguaremos por qué abandonó a Lucecita. Anda, ya vamos a dormirnos.

Sin darle más vueltas al asunto Gerardo y Lulú se fueron a dormir. El miedo en cualquier momento comenzaría a apoderarse de esa familia, pero mientras el amor los manteniera unidos nada sucedería.

Una estrella de otro cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora