Capitulo 28

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Luz había dormido bien a pesar de la pesadilla, aún estaba dormida cuando unas voces la despertaron.

-¡Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, a las muchachas bonitas se las cantamos así!- cantaron y aplaudieron-. ¡Bravo!

Luz despertó feliz por recibir las primeras felicitaciones por parte de su familia: sus abuelos, sus tíos, Lulú y su papá. Todos la abrazaron, eso la llenaba de amor.

-Mi princesa, Lulú y yo estamos muy orgullosos de la gran hija que eres- dijo Gerardo-. Siempre nos has demostrado cuan lejos puedes llegar en la vida, cuánto valoras lo que te damos y más. Este día siento que la emoción ha tocado a mi puerta porqué estás cumpliendo quince añitos, mi vida. Te veo y no puedo creer cómo has crecido, pues ayer eras tan solo mi bebé.
-Gracias papi- dijo Luz sonriendo-. La verdad este día me siento muy feliz porqué estaré junto a mi familia y con el mejor papá del mundo.

Padre e hija se unieron en un abrazo cargado de muchos amor, todos sonreían al ver esa linda escena porque sabían del gran esfuerzo que Gerardo hizo para sacar adelante a Luz desde que era bebé.

-Oigan, no quiero arruinar este momento tan emotivo pero Lucecita ya se tiene que bañar porque tengo que comenzar a peinarla y maquillarla- dijo Diana.

Luz se levantó de su cama y antes de salir de su cuarto vio a toda su familia, estaba feliz de haber llegado a esa etapa de su vida junto a ellos.

Un rato después todos ya estaban arreglados, ya solo esperaban a la quinceañera. Gerardo caminaba de un lado a otro, ya quería ver a su hija.

-Tranquilo mi amor, Lucecita ya no tarda- dijo Lulú riendo.
-Lo sé, es solo que ya quiero ver a mi princesa- dijo Gerardo ansioso.
-Si así de ansioso estás hoy, ya me imagino el día que Lucecita se case.
-¡Lourdes!
-¡Que hermosa te ves, mi niña!- dijo repentinamente la mamá de Gerardo.

Todos voltearon hacia el pasillo y quedaron sorprendidos al ver a Luz perfectamente arreglada, su vestido brillaba igual que ella y su peinado resaltaba su lindo rostro.

-¡Te ves preciosa, Luz!- dijo Lulú muy feliz.
-¡Estás bellísima, hija!- dijo Gerardo sonriendo-. Este día hoy vas a brillar.

Luz sonreía aún más que nunca, era un día muy especial para ella y solo se enfocaría en divertirse con todos sus seres queridos.

Ya era hora de irse, todos tomaron sus cosas para subir a sus respectivos autos e irse al salón donde sería la fiesta. Al salir, Alex ya estaba arreglado como chambelán esperándola, él también quedó impresionado al ver a su hermosa novia.

-¡Wow, te ves hermosa!- dijo Alex dándole un beso a su novia.
-Gracias, y tú te ves muy guapo- dijo Luz sonrojada, aunque no se notaba mucho porque el maquillaje lo ocultaba.
-¡Lucecita!- la llamaron.
La sonrisa de Luz se borró por un momento al ver que Salvador y Leonor cruzaron hacia su casa, ellos también ya estaban arreglados.

-¡Ay Lucecita te ves divina, radiante y hermosa- dijo Leonor abrazándola y derramando algunas lágrimas, eso era aún más extraño para Luz. Salvador notó aquello y tuvo que hacer algo antes de que Luz se enojara.
-Leonor- le llamó la atención-. Muchas felicidades Luz, solo te deseamos lo mejor y disfruta al máximo este día.
-Gracias Salvador- dijo Luz sonriendo por la felicitación del hombre, pero seguía sintiendose extraña por el comportamiento de Leonor.
-¡Vámonos Luz!- la llamó Lulú.
-Voy mamá. Bueno, ya me tengo que ir, los veo al rato.

El vestido de Luz era muy grande así que con ayuda pudo subir al auto de su padre y todos se fueron al salón donde sería la fiesta. Salvador y Leonor se fueron casi enseguida.

-Por favor Leonor, tienes que controlarte hoy- dijo Salvador.
-No podré, Salvador- dijo Leonor-. Hoy es un día especial para mi hija y quisiera estar en cada momento con ella.
-Bueno, solo no quiero que sufras si tu hija te llega a rechazar.

Una estrella de otro cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora