Alfa Equivocado ; Ranley

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—Estás exagerando.

Fue lo único que dijo Nahoya mientras caminaba por la cocina de su departamento compartido con su gemelo, porque esos dos son como uña y mugre, nada los puede separar, ni siquiera sus padres pudieron. Pero Nahoya siente que su hermanito está exagerando.

¿Decirle que está pasando mucho tiempo con ese alfa idiota y va a terminar enamorado? Pfff, está totalmente loco, quiere saber de dónde sacó esa idea tan absurda, pero no pregunta, porque sabe que no puede hablarle mal al menor. 

Se armó su propio sandwich como desayuno, se lo llevó al sofá y ahí se quedó. Nada puede arruinar su bello día sin clases, ni siquiera Souya siguiendo los pasos del trencitas de andar como mosquitos. Debería comprar un insecticida, tal vez lo haga la próxima vez que tenga dinero.

—No lo sé, siempre anda rondado, a mi se me hace que es un potencial alfa que te busca cortejar —Murmuró Souya, acomodandose en el otro extremo del sofá. Incluso para si mismo es raro estar hablando de eso, jamás se imaginó a Nahoya con pareja.

El plan de los Kawata era que Nahoya fuera el tío millonario que aparece cada 20 años y da regalos caros a los cachorros de los demás. Y sin exagerar, también puede ser el plan de todo su grupo completo.

Acostado en el sofá, Nahoya se estiró soltando un bostezo.

—Son cosas que pasan, hermanito, pero el último alfa del que me voy a fijar será ese. Me gusta Ran.

El chico de cabellos azules suspiró, sabía que era difícil sacarle una idea de la cabeza a Nahoya. 

Souya bufó, hablar con su hermano es un caso perdido, pero realmente quiere que entienda que no debe dejarle paso libre a ese alfa. Gruñe en sus adentros, su lobo se siente mal por su hermano que ignora lo que a él le parece: un intento de cortejo.

Nunca han cortejado a Nahoya.

Desde que se presentó a sus 14 años como omega, e incluso antes, no lo han cortejado, ni siquiera se le han declarado, pero sabe bien que han existido alfas femeninas a las que les encanta el carácter del mayor, pero no se atreven a acercarse a él. Desde pequeños ha tenido su característica sonrisa, sus ojos pequeños que ocultan sus ojos azules y esa forma de ser tan animado en todo, Nahoya es un prodigio en todo lo que se proponga, desde las peleas hasta el arte.

Pero él no nota eso, es el material de novio perfecto.

Luego está su personalidad, siendo realmente apasionado por lo que tenga que ver con violencia o actuación, con su sueño de ser youtuber cuando era pequeño y ahora ser un buen actor que salga de protagonista en su propia película ganadora de un premio.

No tiene mucha imaginación, claramente.

—¡Pero es que no me gusta ese tonto! Que pase tiempo con él porque me obliga es distinto, Sou —Siguió defendiendose, totalmente indignado de que su hermano menor se atreva a insultarlo de tal manera, emparejandolo con ese monstruo.

—Yo sé que no confías en tus encantos pero...

—¡Alto ahí! Claro que confío en mis encantos, soy Nahoya Kawata, tenemos la misma cara, claramente somos hermosos encantadores y cualquier alfa puede caer a mis pies —Lo interrumpió acusándolo con el dedo, se levantó del sofá para hablar—. Y confío en mi tonto omega, no me gusta ese intento de alfa trenzudo.

—Pero no es que a ti no te guste, puedes llegar a gustarle —Insistió, jalandolo al otro del brazo y sentandolo en el sofá nuevamente—. Ten cuidado, los alfas son idiotas.

¿Cabe aclarar que Sou ya tuvo su primera pareja? Un alfa que jugó con sus sentimientos, no quiere que su hermano pase por lo mismo, aunque no se cierra a encontrar el amor.