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ꉩ ADVERTENCIA: SALTO DE TIEMPO 

—¡Por favor! Consígueme esa audición, te besaría si pudiera —Rogó al teléfono.

La llamada era junto a Muto, el cuál estaba de viaje. O bueno, trabajando en el extranjero, maldito suertudo.

Cuando cortaron la llamada, se dio el tiempo de entrar al restaurante frente a él, donde tendría la reunión con sus amigos. La decoración llamó la atención, muy campestre y pulcra, no muy llamativa pero increíble a la vista. Souya había hecho un trabajo increíble.

Pudo ver a sus amigos en una de las mesas, sonrió de lado melancólico. Fue la mejor vista en años, porque aunque haya conocido a varios actores en crecimiento, a veces extrañaba a sus amigos de infancia. Mikey golpeando la calva de Draken, ambos con el cabello negro actualmente, Baji dándole de comer cuidadosamente a su novio, lo hizo sonreír de lado ¿Qué tanto hicieron mientras estuvo lejos?

Y lo primero que sintió fue unos brazos rodearlo fuertemente, casi sacándole el aire si pudieran. Esos ojos azules parecidos a los suyos estaban cristalizados.

Devolvió el abrazo tardíamente, pero con las mismas ganas de siempre, junto a su otra mitad.

—Que tierno el amor de gemelos —El que habló fue Taiju, logrando que se separen un poco.

Nahoya lo observó sorprendido, a ese imbécil tampoco le había visto en mucho tiempo. Ambos se sonrieron de lejos y el gemelo mayor se separó separó abrazo, caminando hasta la mesa con todos.

Si decía que no estaba nervioso, sería descubierto por sus amigos como un mentiroso, incluso sus años de actuación no podian esconder este hecho, entonces se dio ánimos mentalmente. Cuando estuvo frente a todos, se sintió como en casa.

—¡Smiley! —Gritó Kazutora, despegandose de su pareja y corriendo a sus brazos. Casi caen juntos, pero no les importó, y los demás solo se burlaron de la forma tan brusca de bienvenida.

—Tiempo sin verte, Naho —Saludó Draken sereno. Una pizca de felicidad en sus ojos negros profundos.

¿Por qué estuvo nervioso? Estaba con ellos, con sus mejores amigos.

—Los extrañé —Su voz sonó rota, se preguntó a si mismo si ese era él.

Y Pachin se rió mientras lo miraba, extendiendo una servilleta— Hey, ¿Por qué lloras? Te veías muy feliz en Tailandia.

Su risa sonó muy nasal, estaba llorando, pero no le importó.

—Estuve feliz, es un lugar muy hermoso, pero no hay nada como el hogar, ¿no?

—Mucho sentimentalismo, Smiley, mejor cuéntanos lo importante —Mikey colocó sus codos sobre la mesa y en sus puños recargó su mentón—. Escuché rumores de que tienes novio.

Los fans estaban realmente obsesionados con ese tema, hasta ahora no había había su papel protagonista, pero estaban muy pendientes de él y se habían esparcido rumores de una supuesta relación, él solo negó suavemente.

—Nada de eso, estoy demasiado ocupado con el trabajo como para eso.

—¡LO SABÍA! —Baji dio un salto en su puesto, señalando a Mikey triunfante—. Dame mi dinero, enano.

—Idiotas —Pensó en voz alta, Kazutora lo apoyó.

Y en ese momento, todo era tan desconcertante para él, podía sentir en la punta de sus dedos aquellos momentos de adolescencia junto a sus amigos, cuando se presentó y creyeron que era buena idea hacer una fiesta, o cuando Kazutora y Baji tiraron en una calle a un Mikey sentado en un carrito de compras. O en la universidad cuando lo molestaron repetitivamente por meses; porque un chico se había interesado en él en una fiesta y lo estuvo cortejando.

Alfa Equivocado ; RanleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora