Alfa Equivocado ; Ranley

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Para Nahoya era algo sorprendente lo que veía en ese momento, debió sentir extraño por su omega, pero este estaba encantado con la escena y le exigía para soltar feromonas de felicidad, pero obviamente si orgullo era mucho más grande que el amor pasajero de su omega.

¿El contexto? Estaba el chico de trenzas justo en frente suyo con una rosa, que seguramente en su momento fue blanca, ahora pintada en tonos naranjas que combinaban con su cabello. Estaba sorprendido, y se sentía lindo, un poco.

—¿Qué tienes en la mano? —Preguntó mientras seguía el paso, que por cierto, le había interrumpido el de trenzas.

Nahoya acaba de salir de una de sus clases, para ser atacado de esa manera tan ¿hermosa? Ni él mismo sabe.

—Es para ti ¿Te gusta? Combina con tu cabello.

Nahoya soltó una risita, ya lo había notado, apretó su maletín contra su pecho para intentar ignorar el cosquilleo en su pecho. El alfa idiota estaba soltando feromonas de cortejo ¿Qué mierda hace?

—¿La hiciste tú? —Cuestionó interesado.

Conocía de cómo se pasaba el color de las rosas, no sabía bien si funcionaba con los demás tipos de flores, pero a raíz de sus experimentos de la infancia, sabe cómo es posible el cambio de color de una rosa con unos cuantos colorantes. Recuerda con cariño como solía arrancar flores para pintarlas con el color de cabello de su hermano y el suyo propio.

Entonces es cuando lo mira fijamente, el alfa está con una sonrisa triunfante, apesta a felicidad y a pesar de que están caminando, siendo el omega el que está unos pasos más adelantado, sigue extendiendo la flor.

—La compré por ahí, me recordó a ti—Intenta disimular, Nahoya le cree.

¿Por qué se tomaría la molestia de hacer el detalle? Suelta una risa silenciosa, suelta el maletín dejando que caiga hacia su cadera nuevamente y toma la rosa entre sus manos. A pesar de ser comprada es hermosa, está impregnada por el otro chico igualmente.

—Demasiado lindo, pero, ¿No deberías hacer este tipo de cosas, con alguien que te guste? —Cuestiona algo nuevamente, lo volteó a mirar, deteniendo su paso—, no me malentiendas, es un lindo detalle pero, deberías dárselo a alguna chica que esté enamorada de ti o algo así, en la clase hay muchas.

Entonces es ahí cuando Ran ve nuevamente esa sonrisa de dientes, Nahoya parece decirlo sinceramente, y no entiende nada, ¿Por qué no puede solo aceptar el regalo? No pensaba que cortejar a un omega sería tan difícil.

Tal vez es solo porque no es un omega cualquiera, es un demonio con patas, Nahoya Kawata.

El chico de cabello esponjoso empezó nuevamente su camino hasta la siguiente clase, Ran no sabía si seguirlo y entregarle nuevamente la rosa, era tan frustrante.

Ahí entendió lo que le dijo Kokonoi, definitivamente las flores con Nahoya estaban descartadas.

Pero no se dará por rendido tan fácilmente, es un Haitani, por dios.

Y uno de sus amigos lo observa con curiosidad, interesado en aquello que sucede frente a sus narices, tiene muchas teorías acerca de ello.

Muto solo caminaba cerca, pero no pudo evitar escuchar, estaba yendo precisamente a la misma clase que Nahoya.

¡Lo jura! Solo estaba pasando después de haber terminado su comida con Sanzu, entonces es cuando los escucha, es demasiado interesante la situación como para pasarla por alto.

Un alfa nota las mentiras cuando las ve, en realidades solo un estúpido dicho alfista, pero le quedaba en ese momento, lo notó desde el primer momento, Ran está extrañamente muy encariñado con su compañero de carrera. Entra lentamente al salón, encontrándose a Nahoya que está sacando su cuaderno y unos lapiceros de su bolsillo.