Alfa Equivocado ; Ranley

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Su pelo rubio, la forma musculosa de su cuerpo, su rostro enigmático con una mirada que calaba hasta el alma, Nahoya está enamorado de Ran Haitani.

El único problema acá, es que no es realmente Ran, en realidad es Muto Yasuhiro. 

Nahoya no es un chico tonto, en la escuela solía ser un vago, de eso no hay duda, siempre pidiendole a su gemelo los trabajos y saliendo de fiesta con su grupo de amigos, pero siempre con buenas notas en los exámenes y un listado de faltas impecable, todo un responsable cuando no se trataba de trabajos. Pero, en lo que respecta a ser un omega, es realmente un tonto.

Era obvio que sería un omega, a pesar de su caracter explosivo y más duro que una piedra, solía decirse que los gemelos tienen un mismo segundo género, y a diferencia de Nahoya, desde una edad temprana todos sabían que Souya se orillaba más a ser un omega, llevándose consigo a su hermano. Entonces nadie se sorprendió, solo Nahoya.

Detesta ser omega, tener que cargar con supresores por los alfas ineptos que no controlan sus impulsos, pero sabe pelear, así que incluso en su peor estado en medio del celu puede darle una patada en las bolas al alfa que intente sobrepasarse con él, es una joya de omega.

Ha estado alerta toda su vida, demasiado pendiente en escapar de las responsabilidades de omega o todo conocimiento de su segundo género, que realmente es novato incluso en lo que respecta su propio celo, sin fijarse el día que le toca.

Y cuando empezó a mostrar indicios de tal vez aceptar su género de omega, sus amigos entendieron que era porque había caído enamorado de un alfa. Y vaya que no cualquier alfa.

Si Nahoya jamás intentaría declararse, entonces podrían jugarle una pequeña broma ¿Verdad?

—¿Oh, te gusta Ran Haitani? —El que habló fue Mikey, un rubio ceniza.

Todos lo miraron confundidos, obviamente conocían el verdadero nombre del chico que estaba jugando baloncesto con sus amigos frente a ellos, y no era exactamente ese.

Pero Nahoya ni siquiera lo ubicaba, siempre en su propio mundo.

—¿Ran Haitani? Supongo que es lindo, no me gusta.

Y captando la idea del autoproclamado líder del grupo, Draken, el chico de tatuaje y una trenza, decidió unirse a la broma, no pasaría de ahí.

—¿Lindo? Uy ¿No querrás decir simpático? —Molestó enrollando su brazo entre los hombros de Nahoya.

—¡Ran-san es taan simpático! —Agudizó la voz Baji al pronunciar aquello.

—Váyanse a la mierda, solo dije que era lindo —Insistió.

—Así empiezan todos, un día les pareces lindo y al otro ya quieren tener tu marca —Siguió la broma Pahchin, dramatizando con su mano derecha en su frente.

—¿Te vas a confesar? —Interrumpió Mitsuya mientras tomaba su malteada, ignorando las quejas de sus amigos por cortarles el rollo—. Es la primera vez que veo que estás interesado en algún ser humano.

—¡Yo me intereso por ustedes! —Debatió dejando sus palillos al lado del plato.

—Amorosamente, me refiero.

La palabra solo lo hizo bufar y sentarse nuevamete, detesta que sea así.

—No me importan esas mierdas, el amor y el sexo no existen son culpa del gobierno.

Y Draken aprovechó la cercanía para darle un golpe en la cabeza con la palma abierta.

—Deja de ver tanta caricatura, te tienen tonto —Pehyan aportó, mientras observaba su teléfono, seguramente pláticando con su nuevo ligue.