A veces aún puedo sentir el calor de sus manos contra mi cuerpo, o sus labios contra los míos. Es algo estúpido pensar en eso, pero creo que no puedo hacer más, si el insomnio pega contra mi nuevamente y es de madrugada. Había actuado papeles donde el chico no puede dejar de pensar en su gran amor de madrugada, pero yo no estoy pensando en mi gran amor de madrugada, estoy pensando en mi dolor.
Incluso si rio amablemente, y si mi sonrisa hace parecer que todo está bien, creo que cada día me rompo un poco más.
Y el simple pensamiento de que los días pasan con rapidez, uno tras otro, es tan malditamente sofocante.
Observé mi mano mezclarse con el techo en la oscuridad, como el reflejo de la ventana se mostraba, los sonidos de la calle, y de pronto tenía ganas de llorar.
No importa cuantos años hayan pasado, no importa si ya no tengo 19 años...
—Porque ya tengo 27, ¿De qué mierda estoy reflexionando? —Mi voz salió nasal, una lágrima rodó por mi mejilla, y le siguieron otras.
Tapé mi rostro con mis manos, hipaba como un niño pequeño que se ha perdido de sus padres, pero yo sentía que había perdido mi camino.
El silencio calaba mi piel y era abrumador, desesperante. Mis recuerdos volaron hasta aquella vez, cuando estuve al borde del colapso al año de haberme separado de aquello que nunca fue.
Podía aún recordar la mirada del doctor, mientras Souya estaba desesperado por conseguir respuestas.
"Tu hermano... o más bien, su omega, ya encontró a su alfa"
Jamás odié tanto a la luna, jamás odié tanto a los malditos dioses si es que existen, pero quise morirme en ese instante.
Y odié a mi omega, porque quería-y quiere- algo que no tengo, que no puedo darle.
Lo encerré en el fondo de mi pecho, lo oculté y actué como si fuera un simple beta, porque ser omega es una molestia.
¿Llorar porque tu pareja te dejó? ¿Lamentarse hasta el borde la muerte? ¿Desear tanto a alguien, hasta necesitar su marca? ¿Tirar su vida por la borda por amor?
Ese no es el estilo de Nahoya Kawata. Ese no era mi estilo.
Maldita sea, realmente me levanté, fui jodidamente valiente al borde de morir de tristeza, rechacé mi lobo y tomé cuantos supresores podía para alterar los celos, fingí ser un jodido beta.
Realmente estoy bien con mi maldito estilo de vida, está jodidamente bien.
¿Entonces por qué siempre tiene que aparecer Ran a arruinarlo todo?
¿Por qué se me obliga verlo?
¿Por qué tengo que enfrentarme a él?
—Nadie lo entendería —Murmure a la oscuridad, como si estuviéramos entablando una conversación secreta—. Y no quiero verlo, te juro que no, no soy capaz de verlo tampoco.
Abracé la almohada a mi lado con fuerza, enterré mi rostro en ella y grité acallandome en esta.
Intenté distraerme, realmente lo intenté. Acompañé a Souya todo el fin de semana, salí con los chicos la siguiente semana y platiqué con cada uno sobre aquellos asuntos pendientes, tal vez coqueteé un poco en las salidas, me presenté a mis fans con una sonrisa en diversos directos haciendo el ridículo o jugué con ellos hasta el amanecer.
Pero era obvio que mi corazón no olvidaba tan fácil. Por eso cuando di el primer paso en la cena, fue realmente incómodo.
Mi mirada encontró primero la de Yuzuha, con Taiju tomándome de la mano para hacer todo esto más creíble.

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Alfa Equivocado ; Ranley
Fanfiction━ Nahoya es un omega primerizo con sus propios sentimientos. A Ran no le interesa el amor y es uno de los alfas más codiciados de la universidad. ─ Los shipps secundarios se darán con el transcurso de la historia. ─ Créditos al fana...