𝐼𝒱- 𝓔𝓼𝓽𝓪𝓬𝓲ó𝓷 𝓭𝓮 𝓹𝓸𝓵𝓲𝓬í𝓪-

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*Separador: Krista*

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*Separador: Krista*

Volteé en mi lugar a ver que rayos había pasado y encontré el cuerpo del hombre completamente inconsciente.

Miré hacia la persona que lo había golpeado en la cabeza y encontré a una mujer con uniforme negro y una larga cabellera rojiza que la hacía sobresalir de entre todo el lugar.

La chica aún tenía el arma en alto y al mirarme sus negros ojos me escudriñaron de arriba abajo.

—Ve al auto con las demás, ahora.

Me quedé mirándola como estúpida como la persona poco inteligente que soy y la observé agacharse junto al hombre y poner un par de sus dedos en el cuello de la porquería mundana tirada en el piso.

—¿Tiene pulso? — Preguntó una voz profunda detrás de mí.

La pelirroja asintió sin quitar los ojos del costal de basura y le hizo una señal con su mano al hombre para que la ayudara a cargarlo, o eso creo.

—Mira sus pupilas, está drogado— Dijo mientras mantenía abierto uno de los ojos del hombre— Ayúdame a llevarlo al coche.

—¿No lo llevaremos al hospital? — Preguntó el hombre con incredulidad en su voz.

¡Pues claro que no!

La cucaracha debe morir si o sí.

—No, el doctor estará muy ocupado revisando a todas las chicas. Este maldito no tiene tanta prisa. — Pasó sus delgadas manos por debajo del cuerpo del hombre y las metió entre sus axilas, en un intento por levantarlo— No te quedes ahí parado sin hacer nada Bing, dame una mano.

El hombre pasó a mi lado, era un hombre con unas medidas bastante grandes y con una calvicie muy pronunciada.

Se agachó junto a ella con mucha dificultad y la ayudó a cargarlo.

Cuando pasaron por mi costado con el hombre en brazos, los negros ojos de la pelirroja encontraron los míos, haciéndome pasar saliva, tenía una mirada bastante dura. Sus pestañas eran muy largas y cubrían bastante de su párpado. Levantó una ceja, pero tan pronto como me pareció ver que un pensamiento llegaba a su cabeza, la bajó.

—Debe ir con las otras chicas, ahí le ayudarán. — Su voz sonó más tranquila y paciente que como la había escuchado hace un momento.

La miré alejarse sin voltear atrás y pude detallarla más a fondo.

Tenía una figura delgada pero no delicada, nada delicada. Sus músculos sobresalían al cargar al hombre, las venas en sus manos eran notables y sus manos parecían ser más grandes que las mías, al menos por unos centímetros.

Las facciones en su rostro estaban tensas, su cara era afilada y sus pómulos se marcaban bastante. Si lo que quieren es un adjetivo para ella, le vendría bien "Temible".

Castigo EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora