Ser un Cazador en Argent es agotador, pero lo es más cuando te encuentras en una de las líneas más bajas en el poder y terminas reprobando una prueba que definirá tu futuro.
Krista es aquella desdichada cazadora que por una mala respuesta en su exam...
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*Separador: Krista*
Me separé de los labios de flamita aun sintiendo toda la revolución que había explotado dentro de mí al momento de tocar sus labios por primera vez.
Aún sentía el tambor dando contra mi pecho, sin poder creerse lo que acababa de hacer y es que, en realidad ni mi mente lo procesaba aún....
Había besado a una mundana...
Demonios.
Maldije en mis adentros a la rata por la acción pasada.
¡Todo esto es su culpa!
*Flashback*
Salí de la florería con el corazón a mil por hora.
¿Qué había sido todo eso?
—¿Te encuentras bien? — Fue lo primero que me dijo la rata al salir por la puerta. — La pelirroja se quedó muy molesta por mi presencia.
—Cállate y ven— Lo tomé del brazo y lo jalé lo más lejos del negocio de Calliope que pude, tampoco era buena idea desaparecer de la nada.
—¿Por qué tanto misterio?
Miré la florería a lo lejos y me percaté de cómo sus persianas se abrían poco a poco.
—Creo que hay una bruja en el pueblo.
—¿Qué? — Dijo incrédulo. — Krista, se supone que venías a comprender a los mundanos y tolerarlos, no a buscar a quien degollar.
—Lo sé, lo sé, pero anoche después de vernos, salí a buscar a ese par y al hacerlo encontré huellas de bruja cerca de la cabaña.
—¿Estás segura de que eran de bruja?
—¿Crees que soy idiota o qué?
—No, pero sabes bien que no es fácil reconocer sus huellas a menos de que estén usando magia.
—Oh, pues lo hacían— Aquello pareció sorprenderlo — Vi una especie de flama flotando en el bosque, estoy segura de que era una bruja.
La rata cerró los ojos, rendido.
¡Lo sabía!
—Bien, te lo diré, pero te dolerá.
—Si, si, lo que sea, ya dime que está pasando.
El cazador volteó para todos lados, verificando que no hubiera nadie escuchando, y nos dirigió hacia un callejón que estaba cerca, desenredó un par de prendas que tenía rodeando sus brazos y me pasó una bandana negra con la que tapé mi boca y nariz al igual que él. Esto haría que únicamente ambos pudiéramos escucharnos.
—Pon atención, Krista, porque no pienso repetir— Tomé un respiro profundo y habló— Llevamos recibiendo bloqueos de energía de este lugar desde hace unos años, es demasiado extraño y no hay forma de que nuestros aparatos funcionen a menos de que haya alguien aquí dentro.
