Ser un Cazador en Argent es agotador, pero lo es más cuando te encuentras en una de las líneas más bajas en el poder y terminas reprobando una prueba que definirá tu futuro.
Krista es aquella desdichada cazadora que por una mala respuesta en su exam...
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*Separador: Adara*
Calliope.
Calliope.
Calliope.
Eso era lo único que pasaba por mi mente mientras veía lo que me rodeaba, ¿Quién era tan enfermo como para vivir en estas condiciones?
O lo que era peor...
¿Quién era tan enfermo como para tener una obsesión de tal grado con Cally?
Mis ojos parecían querer salirse de su lugar al no poder creer lo que observaban, mi respiración se hizo más pesada con el tiempo.
El enojo alborotó mi estómago mientras yo me esforzaba en no devolver todo el alimento de esta mañana, el sudor que cubría mi espalda comenzó a hacerse frío con el tiempo.
Al ver mi foto con apuñalamientos cerré los puños con fuerza, también había un horario que parecía ser el de Calliope.
-Hijo de put...
Mis palabras se desvanecieron en el aire cuando el enojo que estaba sintiendo fue remplazado drásticamente por el miedo y la preocupación llenándome por completo.
-¿Cómo que "volver a sus brazos? Eso no tiene sentido. ¿Qué no se supone que están juntos?
La voz chillona de Krista hizo que el miedo en el ambiente bajara un poco, pero no lo suficiente, ya que rápidamente ese sentimiento volvió.
Volví a ver el papel, ahora percatándome de que había una fecha escrita en él.
"Linda duendecilla"
El miedo incrementó después de leer eso.
-No me puto jodas...
Retrocedí lentamente, intentando hacer que ese papel se desvaneciera con ese simple acto, pero nada pasó.
El sudor frío comenzó a cubrir mi espalda a montones al percatarme de cómo una presencia comenzó a aparecer lentamente cerca del lugar en el que nos encontrábamos.
Era poderosa, muy poderosa, mi cabeza cada vez trabajaba más y más duro por algún motivo.
Ese olor, lo conozco...
PUTA MIERDA.
Iba a irme del lugar cuanto antes, pero el recuerdo de una presencia poco agradable a mi lado me hizo descartar la idea.
La maldita mundana.
Carajo.
Sus labios parecían estarse moviendo, pero mi mente decidió ignorarla por completo, parecía estar haciendo demasiado ruido, por lo que rápidamente puse una mano en su boca y la otra en su nuca, evitando que siguiera emitiendo aquel desagradable sonido que en este momento solo haría que nos mataran.
