𝒳𝒳𝐼𝒱 -𝓒𝓻𝓾𝓮𝓵 𝓮𝔁𝓹𝓮𝓻𝓲𝓶𝓮𝓷𝓽𝓸-

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(Maratón 5/?)

*Separador: Krista*

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*Separador: Krista*

He bajado a la Tierra ya hace unos días, es Gabriel el que nos guía, pero yo soy la que toma las decisiones importantes, ya que esta es mi misión.

Todo sería más fácil sin la deleznable máscara que me dieron, aunque es bastante cómoda no es exactamente de la medida de mi rostro y cada cierto tiempo tengo que estarla acomodando.

Gabriel y Camila se mueven sin distracciones entre las frías calles de Holland, un pueblo bastante cerca del lugar en el que solíamos vivir. Les tenía bastante envidia ya que ambos tenían una máscara propia y no sufrían de lo mismo que yo.

La máscara ayudaba a pasar desapercibidos, no solo por los humanos, sino por lo sobrenatural.

Estábamos usando un localizador con cabello de Calliope, ya que su ADN fue el único que logramos encontrar en la casa.

Se movían hacia el norte, muy lentamente por lo que se ve.

—¿Por qué creen que vayan tan lento? — Dijo Camila, bastante confundida de que no hayan decidido abrir un portal a Lunae y huir.

—Sus razones tendrá, pero hay que aprovecharnos de ello si queremos entregar su cabeza al consejo y salvar a Key.

—Eso es lo que haremos, ya dejen de hablar y pongan atención.

Los miré con fingida molestia y tomé el aparato que tenía la rata, para guiarlos yo misma.

—Estamos seguros de que Infinity no puede hacer magia, ¿verdad? No me gustaría tener que enfrentarme a esa bruja loca.

—Estoy seguro.

—¡Ya cállense y vengan!

Creo que nunca había tenido tantas emociones negativas como en esta difícil misión que salvaría mi vida.

Paramos la búsqueda para comer un poco y descansar.

Sacamos las bolsas de dormir y Gabriel fue el primero en vigilar, luego de unas horas el cazador me despertó para tomar mi turno y solo pude asentir, tomar una pistola y sentarme en el lugar en el que él se encontraba mientras veía los rostros dormidos de Gabriel y Camila.

Ya había pasado una hora en la que me aseguraba de que no hubiera nada peligroso a nuestro alrededor cuando algo llamó mi atención a lo lejos.

Una pequeña llama, igual a la que vi hace unos días fuera de la cabaña.

¿Adara?

Mi corazón comenzó a ir más rápido de lo que me gustaría, decidí que no valía la pena despertar a mis compañeros si no era nada, por lo que me levanté lentamente y me acerqué a aquella bolita de fuego.

Castigo EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora