Capítulo 4 -Caliente

1K 61 2
                                    


    Fue solo para saborear esos dulces y picantes labios, Betty recordó la noche que pasaron juntitos y sintió un calor invadir su cuerpo, su entrepierna ardiendo de deseo y hasta que su silla estuvo húmeda. Cómo quería abrazarlo, besarlo y entregarse a él allí mismo. Y porque no

-Oh, don Armando ... suspiró sintiendo el deseo invadirla

   Luego abrió la puerta de su cueva, lo miró y lo besó, abrazándolo por el cuello. Poniéndose encima de él en la silla presidencial.

-¡Oh, Beatriz, mi picarona! ¿Me quieres aquí, en la oficina?

-¡Ah, don Armando! -Se afloja la corbata.

-Creí haber dicho que no quería hacer nada aquí en la oficina ...

-Sí, pero...

-No necesitas explicaciones. ¡También te quiero!

La puso en su regazo y comenzó a besarla. Se quitó esa ropa holgada y pasada de moda. La levantó y la llevó al sofá, donde comienzan a amarse agresivamente.

______________________

Lógicamente, fue un sueño.

-¡Oh, si tuviera el coraje! Pero, ¿qué pensarías de mí? (Justo cuando su cuerpo ardía de deseo, sus mejillas ardían de vergüenza, aunque estaba sola en la oficina)

Beatriz estaba en llamas. Ese beso la hizo quererlo. Entonces, decidió ir al baño a refrescarse y allí encontró a Catalina:

-¿Estás bien, Betty?

-S-Sí, doña Catalina...

-¿Está nerviosa? ¡Estás sudando! ¿Algo pasó? Y es ... ¿Estás enferma?

Las mejillas de Betty estaban rojas y Betty estaba sudorosa, nunca había sentido eso.

-Ah..

Parecía que Catalina tan experimentada sentía que lo que Betty tenía era algo que ver con el deseo, pues sugirió que se lavara la cara, los puños.

En ese momento llegó Patricia.

-¡Bien bien! ¿No tienes baño en tu casa? ¿Necesitas bañarte en la empresa? Por eso huele tan mal. ¡Ya no es suficiente recoger ropa de empresa!

-¡Peliteñida! Mi casa tiene baño, cocina, recámaras y yo pago mis facturas. ¿Pagas las tuyas? Y si me llevé esta ropa, fue porque mi ropa estaba estropeada y necesitaba una para trabajar hoy. Aunque no es tu problema, mañana te lo devolveré. -Betty se fue cerrando la puerta

-¡Oh eso! ¿Viste esto, Cata¿

-Mira, Betty dijo poco. - dijo Catalina - ¡Tú la provocaste! ¡Ella se sentía enferma!

-¡Imagina, Cata! ¡Conozco esta! ¡Ella cree que es dueña del Ecomoda! La reina de la moda. -Patricia salió dando golpes de melena

Catalina negó con la cabeza, criticando la conducta de Patricia y salió del baño.

Armando estaba hablando con Marcela por teléfono.

-¡Sí, sal de aquí y vete a mi apartamento! Puedes llamar, besar. (Y colgué el teléfono) Betty estaba entrando en su oficina cuando la llamó.

-¡Betty!

- ¿Sí, don Armando?-sonriendo "Eh, Betty. ¡Este hombre quiere volverte loca!". -piensó

-¿ Está bien, Betty?

-Si. Sí. -Se rió -Imagina ... Hace calor ... así que fui a refrescarme un poco ... me voy a mi oficina.

Y voló a su oficina, soñando en su escritorio. -¡Oh, don Armando!

Tratando de no pensar en el hecho de que el hombre de sus sueños no había viajado y que podrían permanecer juntos durante um rato. Trató de concentrarse en su trabajo y

finalmente lo logró. Mientras Armando estaba de pie en su escritorio, sonriendo y moviendo la cabeza,

"Esta Betty es realmente una loquita" "Calor sí ..." -Armando se rió

Catalina después de resolver algunas dudas sobre el lanzamiento con Hugo, fue a la sala de la Presidencia para ver cómo estaba Betty.

-¿Está bien? -¡Sí, doña Catalina! Fue solo un momento.

-¡Betty, estaba preocupada! -Estoy bien. -ella rió

-¡Que bien! ¿Patricia siempre te trata tan mal?

-¡Sí, doña Catalina! ¡Esto es algo normal aquí en Ecomoda! ¡Ya me acostumbre!

-¡No, Betty! ¡Esto no es normal en ninguna parte!

-¡No es personal! -risa- ¡Tratan a todas las feas así! Un poco peor para mí porque dicen que soy la reina de las feas.

-¿Como así, Betty? Pero ¿todo el mundo te trata así?

-No, solo Doña Marcela, don Hugo, Patricia, antes Freddy y Wilson, ¡pero ahora son mis amigos!

-¿Marcela siendo mujer y ejecutiva de la empresa participa de esto también?

-¡Sí, especialmente ella! ¡Como Patricia y Hugo!

-¿Y Armando?

Beatriz se puso roja

-¡Imagina! ¡Don Armando siempre me ha defendido! Incluso me defiende de la Doña Marcela...

Catalina vio que no solo la expresión de Betty, sino también su tono de voz cambiaba al hablar de Armando. Pronto llegó Armando, quien luego de encontrarse con Catalina en el tailler y hablar con Hugo, fue a ver otras cosas. Estaba muy feliz de encontrar a Catalina en la pequeña sala hablando con Betty, aunque su intención era ver a su asistente. Había estado pensando en ella y en cómo se había entregado a él la noche anterior en el apartamento de Mario. Pero sabía lo importante que era hablar de los costos de promoción y publicidad de la nueva colección. Así que también necesitaba concentrarse en el trabajo.

Catalina no vino con buenas noticias. Estaba pensando en contratar a un cantante famoso que aumentaría mucho los costos, sin embargo, atraería la cobertura de prensa y garantizaría el éxito del evento. Prometió secar las cuentas al máximo.

-¡Sí, pero confío en ti, Cata! Si dices que es lo mejor que se puede hacer, ¡no quiero volver a cometer un error! Pasa el informe de costos a Betty, si lo aprueba ... firmo.

-¡Está bien! Después de que Catalina le dio la propuesta, Betty había vuelto al trabajo, cerrando la Nómina de sueldos, para ir a Sofía a hacer las comprobaciones, al día siguiente, justo en la primera hora. Eran casi las cinco en punto. Por la noche, fue a buscarla.

-¡Entonces puedo llevarte a casa!

Ella le sonrió, era todo lo que esperaba escuchar en todo el día.

-Te llevaré, pero ... ¡maldita sea, directo a tu casa! No hay nada que podamos hacer hoy. (Betty estaba triste, trató de ocultar su decepción, pero Armando se dio cuenta, porque era demasiado transparente para él)

-No te pongas así. Marcela está muy celosa y le prometí que iría a mi departamento. Ella ya me dijo que llamará para ver si estoy allí ... en una hora. Y honestamente. Una hora es demasiado corta para estar contigo y ... dijo, acercándose a ella y con voz ronca dijo: una hora es demasiado corta para hacer todo lo que deseo contigo (Lo que la hizo estremecerse).

-¡Pero mañana! Mañana quiero que estemos juntos, tranquilos, ¿no?

Betty se tranquiliza y vuelve a sonreír.

-Está bien. Mañana, entonces ... Después de todo, combinamos cada 15 días-risas-¿qué es un día más?

-¡Ven, te llevaré a casa!

-Tómalo con calma. Será mejor que vayas pronto a tu apartamento. ¿Será que doña Marcela lo llama temprano?

-Sí, voy a descansar, porque ayer no dormí, ¿sabes? Tú también descansa, mi hermosa picarona, porque está exhausta y ¡hasta mañana!

§§§§§§§§§§§§§§§§

Pacto de Amor (Usted es la mujer que yo necesito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora