Capítulo 17 ¡Tengo que decirte algo, Beatriz!

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                            Armando se sintia completo con Betty, como nunca antes. Con ella, se sentía como otra persona. Algo que has estado buscando toda tu vida. Un amor como el de tus padres. Pero le dolía el corazón.  Había algo entre ellos, un plan tan repugnante como la apuesta que los vecinos hicieran con ella. Y todo por la empresa, por Ecomoda, pensaba él.                                    Pero en verdad, todo por celos de Nicolás Mora.



"¿Y si Caldeirón se equivocaba? ¡Quizás sería mejor contarlo todo antes de que Betty se entere y ¡Y puedo perderla! ¡Porque mi Betty es inteligente y un día descubrirá la verdad! Que sea de mi boca..."

Sintiendo una carga en su conciencia, Armando sostiene su barbilla y mirándola a los ojos, dice:

-¡Betty! ¡Te necesito más que nunca! Hay algo que necesito decirte. Es muy difícil, pero necesito que me escuches y trates de entenderme.

¿Pero ahora? Es tarde y tengo ...

-¡Es en serio! Necesito descifrar algo de lo que quiero que te separes y espero que lo entiendas ... ¿Me entienderias, mi amor? -la mira a los ojos, se sienta, la ata a la sábana.

-Si. -ella se acurruca y se cubre aún más en la sábana, ya que siente que el clima de seducción ha cambiado a uno más austero.

-Siempre la ha considerado como una amiga, no solo como mi asistente. Siempre he confiado en usted.

-¡Lo sé, doctor! -Acaricia su rostro, lanzando a Armando miradas apasionadas.

-¡Por favor déjame hablar esta vez, Beatriz!

-¡Sí, don Armando!       -Se había levantado y apoyado contra la cabecera, estaba desnudo, pero la llevaba envuelta en las sábanas como si fuera un regalo, en sus fuertes brazos.

-Confío en usted más que en nadie, más que en mi mamá, que en mi padre, que en Marcela, que en Caldeirón.  ¡Te confié todo lo que siempre pensé que era lo más valioso de mi vida!

-Jamás te traicionaré, don Armando. No me importa su empresa, sus activos ... ¡solo usted! -acaricia su rostro

-¡Lo sé, Betty! -Beso -¡Lo sé! Sabes, puedo ser yo mismo contigo: ¡no tengo que fingir que soy el tigre todo poderoso en Bogotá todo el tiempo!

-Aunque lo es ... -se rió a su manera, poniéndose roja

-Sí, rs., ¡Mi toda picarona! Pero así como puedo ser salvaje, a veces, como lo he sido con usted  también puedo ser dulce y cariñoso. ¡Sepa esto! Y sabes que no soy así con nadie. Se pasa de forma natural, no es forzado, sé que me entiendes, no necesito fingir lo que no soy para ti ... Usted sabe de mi vida, de mis sueños como nadie, ¿no? -Toma la barbilla- Sabe, entonces necesito decirle algo ... como dije, confío en usted y sé que puede entender lo que voy a decirte ...

-¡Me estás preocupando! ¡Pero puede decirme lo que quiere!

Él cerró los ojos y empezó a hablar:

-Empezó así, siempre la tuve como mi persona de confianza, así que no había mejor persona para poner mi compañía en sus manos -sostiniendo sus manos -Ya sabes, la persona más honesta, leal, amable, confiable. ¡No había mejor persona que mi Betty!

-¡Siempre!

-Entonces, un día, no estabas y Bertha contestó el teléfono y para mi sorpresa dijo que quien te llamó era alguien que yo pensaba que eras solo tu amigo, ¿pero quién era? ¡Tu novio Nicolás Mora!

Pacto de Amor (Usted es la mujer que yo necesito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora