Cuando llegó por la mañana, acompañada de Nicolás, que ahora la conducía a la empresa, Betty estaba en las nubes, con su vestido verde, uno de sus favoritos, que había usado en su cumpleaños. Armando aún no había llegado a la empresa, ya que era demasiado temprano. Luego, pasó por su oficina, acarició la silla donde él estaba sentado como si estuviera allí y se dirigió a su oficina, sonriendo.
Poco después llegó Armando con una tarjeta en la mano, una de las cuales le había dejado Caldeirón:
"Sentir tu piel, tus labios, tu cuerpo sensual confirman que quiero seguir haciendo el amor contigo todos los días durante toda mi vida".
-¡Idiota! ¡No te imaginas lo que es hacer el amor con una mujer así! ¡Nunca hice el amor en la vida! ¡No, no lo sabes! ¡No sabe!
-¡Buenos días, Don Armando!
-¡O-hola-hola, Beatriz! ¿Llevas mucho tiempo ahí?
-Bueno, llegué justo antes que usted, doctor, pero me quedé en mi oficina. Ahora, lo escuché hablar y vine a saludarte.
Intercambiaron miradas... ¿Es mi tarjeta del día?
-¡No! Quiero decir... ¡sí! ¡No le escribo a nadie más!
Ella extendió sus manos.
-¡Pero tendrás que esperar, picarona! Todavía estoy escribiendo, ¿eh?
No te escribiría tonterías, ¿eh?
-Ah, don Armando, ni más faltava... todo lo que me escribes es muy especial ... y desde hace unos días, así que ...
-¿Qué?
-¡Ellos están mejorando!
-Cuando estés listo te lo doy! - le guiñó un ojo, y vuelveó a su oficina.
Guarda la tarjeta en el bolsillo de su traje, tratando de concentrarse en el trabajo, pero fue difícil después de tenerla la noche anterior en su departamento.
-¡No! ¿Qué pasa Armando Mendoza, ah¿ Parece a esos adolescentes llenos de hormonas.
¡Contrólate, hombre!
-Doctor...
-S-¿Sí, Beatriz?
"¿Qué quiere esta mujer ahora, ah? Así voy a hacer ...lo que... queremos, ah?" - La miró lascivamente
-¡El banco exigió que firmes otro pagaré para liberarnos del préstamo!
-¿Pero otro, Beatriz? ¡De esa forma superaré el patrimonio de la empresa!
-¡Oh, doctor! Me disculpa. Me da pena, pero no es culpa mía ...
-Yo sé, Betty, pero entiendo.
-¡Me siento mal, doctor! Me temo que pienses que estoy haciendo algo, y yo nunca ... La abraza
-No, Betty, no. ¡Yo sé que no!
-¡Preferiría que esta empresa no estuviera entre nosotros! Prefiero devolvértela a usted. -¡No digas eso, Betty! ¡Sabes que no puedes devolverme la empresa o los bancos nos comerán vivos!
-¡Lo sé, doctor! ¡Pero no quiero que sospeches de mí!
-¡Nunca, Beatriz, nunca! -Bésale su capul -¡Yo confío en ti!
Ella sonríe.
-¡Eso! Mi sonrisa. Ya no quiero que te quedes sin arregalarme su sonrisa. - sostén tu barbilla - ¡Cuando sonríes, el mundo se cae, Beatriz!
En ese momento se abre la sala de la presidencia. Era Mário quien había regresado de un viaje. Armando y Betty palidecen como el papel, ya que se abrazaban y no imaginaban que alguien entraría. Más aún, Mario. Peor aún si fuera Marcela, pensaron ambos.
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Pacto de Amor (Usted es la mujer que yo necesito)
RomanceTodas sabemos lo que la lectura de la carta de Mário Caldeirón le hizo a la autoestima de Betty, provocando que se separara temprano de Armando, solo un día después de hacer el amor tan intensamente en el departamento de Mário Caldeirón. Ciertamente...