Capítulo 63- -La ambición de Daniel

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A pesar de no querer exponerse al Matrimónio Mendoza y tener que decepcionarlos, Daniel no puede dar marcha atrás, necesita tocar a Armando donde cree que más le duele –Ecomoda.

Todos estaban en shock, especialmente Roberto y Margarida.

-Qué?

-¿Pero como asi?

-Pero ¿por qué haces esto, Daniel? - dijo Margarida

-¡Lo siento Roberto, Margarida! Pero debido a la empresa perdí muchos negocios, buenos negocios. Necesito el dinero de Ecomoda. ¡La parte que pertenece a mi y a Maria Beatriz. Y lo que toca a Marcela hará lo mismo!

-¿Pero como? ¡Marcela no haría eso!

-¡Ahora que este hijo tuyo rompió el compromiso, también te rompió el corazón, por lo que no tiene sentido que sigamos con esta payasada!

-¡TÚ NO PUEDES HACER ESO! –dijó Armando

-¡PUEDO Y LO HARÉ! -contestó Daniel

-Daniel, los Mendoza y los Valencia siempre han sido amigos, así que...

-¡Equivocado! ¡Mis padres y tú siempre hemos sido amigos! Nosotros, en cambio, hablamos exactamente de Armando y yo siempre he sido como el gato y el ratón. Siempre luchando por los mejores asientos, la mejor sala, las mejores mujeres. Pero (le dio a Betty una mirada de deseo. Algo que no pasó desapercibido para ninguno de los presentes, Betty bajó la cabeza y Armando apretó los puños con rabia).

-Mira, Daniel, esto no tiene sentido, los tienen que crecer. –Dijo Roberto

-Por lo tanto, una reunión comenzará aquí en unos minutos. ¡Llamen a los demás accionistas!

-¡Por el Reglamento esto no está permitido, Doctor Valencia! -dijó Betty

-Soy accionista, doctora. ¡Dueño de esta empresa!

-¡Y yo soy la presidente, en funciones, pero presidente!

Daniel se rió a su manera, le encantaba ser confrontado por ella, era petulante, inteligente, provocadora. Betty nunca se dejó dominar por él, asi que le gustaría dominarla de la manera que más le gustaba. Más aún ahora que él era amante de Armando, la hacía aún más sensual, la mujer de su rival.

Si la pareja de Mendoza no estuviera allí, seguro, le dirían una de sus rudezas a Betty, lo que enloquecería a Armando, pero él no podía exponerse así.

-¡Ella está en lo correcto! Cada reunión debe programarse con anticipación. –dijó Roberto

-Está bien, Doctora Beatriz, ¿puedo llamarla en una semana?

-Si todos están de acuerdo.

-Sí.

-Si.

-Prepara mi cheque, si te interesa adquirir mi parte. Margarita, Roberto, mi respeto. Armandito, es un payaso, ¡Pero todavía tiene buen gusto para las mujeres!, a menos que me diga que empezó todo cuando era fea ¡Saludos!

Recogió su maleta y se fue.

Queriendo calmarse, Armando propuso:

-¡Bueno, papá, almorcemos! –Invitó Armando

-¡Armando, quiero saber todo lo que está pasando!

-¡Sí papá, hablaremos de esto y mucho más en el almuerzo!-dijó sorriendo a Betty, mientras sostiene sus manos.

- ¡Será mejor que esté en casa y no en un restaurante! –dijó Roberto

Betty se encoge em su silla.

Pacto de Amor (Usted es la mujer que yo necesito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora