Cinthia y Santiago son amigos de toda la vida.
Ella es romántica y soñadora. Una joven dulce y encantadora que desde pequeña imaginó que vivía su propio cuento de hadas. Soñaba con ese día que se casaría con su príncipe encantador; ese hombre perfec...
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LA FIESTA DE COMPROMISO
"Me llevó al cielo para dejarme olvidada en las nubes".
Anónimo
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La noche del compromiso, Emilia entra en la habitación de su hermana donde la encuentra sentada frente a su tocador, dándose los últimos retoques a su maquillaje. Emilia la contempla conmovida. Siente un suave golpe en su corazón mientras mira el dulce rostro de Cinthia. Se ve tan feliz, tan confiada, tan llena de luz, aunque el brillo de sus ojos ha perdido resplandor.
—Estás muy hermosa —la abraza por la espalda y le da un beso en la mejilla. Cinthia corresponde con cariño al abrazo, parpadeando un poco para contener las lágrimas.
Ha estado realmente inquieta con todo esto de la boda de su hermana; hay algo que no le termina de cuadrar. Unos días atrás regresó al pueblo.
—¡Duván! —gimió emocionada Cinthia, viéndolo, salir de la camioneta junto con sus padres. No esperó y salió corriendo feliz arrojándose en sus brazos.
Duván la recibió con una sonrisa seca, devolviendo el abrazo, aunque no con la misma ilusión e ímpetu con que lo hizo su prometida. Y es ella quien buscó sus labios que le respondieron sin evidencia alguna de emoción.
La observó mientras entraron en la sala común y aunque intentó, no pudo. No encontró dentro de él nada para ella. No hay cariño, no hay amor, no hay respeto; no hay empatía, no hay ninguna conexión. Ya no hay nada. Ni siquiera una mínima atracción.
En esos momentos un muy leve hálito de disgusto lo traspasó y se esforzó por devolverse en el tiempo, regresarse en el pasado; volver a esos años antes de irse a la ciudad. En aquellos años él la amaba; todo lo hacía pensando en ellos dos, en un futuro juntos. En esos primeros años en la ciudad, sus cartas, llamadas y mensajes lo alegraban, lo confortaban, lo llenaban de emoción. En verdad él añoraba tenerla en sus brazos, estar cerca de ella.
Pero pronto todo cambió. Sus metas, sus sueños, sus planes, sus aspiraciones, todo cambió. Y con ellos se deformaron sus sentimientos. Se volvió egoísta, Cinthia sencillamente dejó de importarle. Así que Duván se tornó indiferente, insensible a todo lo que la involucraba.
