Cinthia y Santiago son amigos de toda la vida.
Ella es romántica y soñadora. Una joven dulce y encantadora que desde pequeña imaginó que vivía su propio cuento de hadas. Soñaba con ese día que se casaría con su príncipe encantador; ese hombre perfec...
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SOLO MÍA
"Te quiero para volvernos locos de risa, ebrios de nada, y pasear sin prisa por las calles, eso sí, tomados de la mano, mejor dicho... del corazón".
Mario Benedetti
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Tomada de la mano con Emilia y Paola que la acompañan, Cinthia pasea sonriente y divertida mirando las vitrinas del pueblo donde exhiben hermosos vestidos de fiesta. Fue un poco difícil conseguir el vestido que ella realmente quería, por eso pidió consejos tanto a Emilia como a Paola. Quería algo sensual, provocativo, pero sin rayar en lo vulgar. Ella es más de estilo cómodo, casual, nada ostentoso, ni escandaloso o demasiado llamativo. Después de varias horas de caminar de aquí para allá encontraron el vestido perfecto.
—Vas a matar a Santiago de un infarto cuando te vea ese vestido puesto —exclama Paola maravillada ante la imagen de una de sus mejores amigas—. Si ya con eso no se decide, créeme que no lo hará con nada.
Ríen entusiasmadas y siguen a la sección de lencería femenina; compra algunos conjuntos bien sexys y provocativos. Cinthia es completamente inexperta en todo eso de las relaciones íntimas y busca toda la ayuda posible, su hermana y su mejor amiga no ahorran en consejos y recomendaciones.
Desde que ella y Santiago se besaron en el parque han empezado una especie de relación no formal. Se ven a veces en el taller de Cinthia o ella va al consultorio de Santiago y luego dan un paseo por el pueblo tomados de la mano, ven alguna película, almuerzan o cenan juntos, en fin; comparten sencillas cosas que cada vez los acercan más.
Santiago le pidió ayuda para redecorar la casa. Después de lo ocurrido con Vanessa, lo poco que quedó de ella lo echó a la basura, algunas otras cosas las recogieron y las donaron a uno de los albergues del pueblo, incluida la cama matrimonial que había compartido con ella. Así poco a poco dejaron la casa prácticamente vacía. Muebles, ropa de cama, cortinas, manteles, cuadros, decoración, todo fue evacuado. Ahora el único adorno que decora la pared central de la sala es el cuadro de un ángel con el rostro de Santiago, que rescata a una doncella que naufraga en aguas turbulentas: El ángel salvador.