Capítulo 10

558 72 12
                                    

EL ÁNGEL SALVADOR

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

EL ÁNGEL SALVADOR

El día de la boda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El día de la boda

Lo escucha llegar en medio de los sonidos de la lluvia y de la noche, siente sus pasos acercarse y aunque no lo ve, sabe que es él.

—¿Qué pasó en la terraza? —pregunta sentándose a su lado en la misma posición que está ella, mirando igualmente el lago y el caer de la lluvia.

—Terapia de relajación —contesta con su mirada perdida en un punto infinito.

—¿Ayudó?

—No mucho.

—Te dije que el whisky es más efectivo.

Ladea la cabeza hacia él con algo en su mirada parecido a un brillo de diversión y se arroja en sus brazos que la reciben con adoración y consuelo. Se acurruca en su pecho y se aferra a él como un náufrago a un pedazo de madera, a la deriva en un océano turbulento. Siempre ha sentido un cariño muy especial por él y el hecho de que sea él precisamente quien esté con ella en esos momentos la reconforta de una manera particular.

Santiago le corresponde en silencio, sabe lo que ella debe estar sintiendo. No se lo contaron, él también lo vivió y lo sigue viviendo, aunque no de la misma manera, pero sabe perfectamente que es sentirse traicionado, engañado, humillado; así que la entiende mejor que nadie.

La lluvia limpia lentamente el lodo de su rostro mientras permanecen ahí, en medio de la oscuridad con los ojos cerrados, abrazados en silencio. No son necesarias las palabras, como siempre, sobran entre ellos dos.

 No son necesarias las palabras, como siempre, sobran entre ellos dos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora