Cinthia y Santiago son amigos de toda la vida.
Ella es romántica y soñadora. Una joven dulce y encantadora que desde pequeña imaginó que vivía su propio cuento de hadas. Soñaba con ese día que se casaría con su príncipe encantador; ese hombre perfec...
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¿INTERRUMPO?
"—No sientas celos, tú tienes algo que nadie más tiene.
—¿Qué cosa?
—Mi corazón".
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Tantas y tantas caras que saludar, tantos abrazos que dar y tantas manos que estrechar que Santiago siente que no da abasto, pero sin dejar de sonreír sigue y sigue dando felicitaciones a todo el que se atraviesa en su camino. Rostros que hace tiempo no veía, aparecen de la nada creando conversaciones gratas, refiriendo recuerdos agradables y cargados de afecto.
Se detiene un momento, corta los saludos y la busca, recorre con la mirada todos los puntos que su perfecta visión le permite, pero no ve a Cinthia por ninguna parte, «debe estar siendo arrastrada por el tsunami de las felicitaciones», piensa divertido.
—¿Yo también puedo darte el "Feliz Año"? —pregunta ella con una amplia pero tímida sonrisa, parándose muy cerca de él.
—Hola, Vanessa —saluda con seriedad sin dejar de ser cordial—. Por supuesto —concede brindándole la mano.
Vanessa une la suya y la aprieta con insinuante suavidad, acariciándola con descaro. Santiago aparta la mano, sonríe cortés y sigue con los saludos.
—Espera —lo detiene tomándolo del brazo—. Quería hablarte de algo importante.
—Lo siento, no es el momento ni...
—No, no, no me tomará mucho tiempo —insiste con mirada suplicante—. Te lo prometo, máximo dos minutos.
Santiago busca con la mirada a Cinthia entre la multitud, pero sigue sin encontrarla, lo que sí halla son las miradas fijas y expectantes de los padres de Vanessa que desde la mesa donde se encuentran siguen detalladamente la conversación de los dos jóvenes; sin estar del todo seguro y más por respeto a los Castellanos que por ninguna otra cosa, termina asintiendo con un gesto seco, aceptando por fin la petición de Vanessa.
