VOLVERÁS JUNTO A MÍ
"Si debes luchar por encontrar un espacio en la vida de alguien, entonces ese lugar probablemente no sea el correcto para ti!".
La risa en sus labios disminuye poco a poco cuando se va acercando a la hacienda. Un lujoso auto deportivo y exageradamente llamativo resalta en el patio principal, no es difícil deducir quién es el dueño.
Su corazón inicia un latido acelerado que aumenta poco a poco. Estaciona su auto junto al deportivo del año, contemplándolo con rígida seriedad, mientras entra en la Casa Grande y comprueba que sí, en efecto, sentado en uno de los sillones de la sala de visita, vestido de manera informal, con su rostro perfectamente afeitado, su cabello castaño un poco despeinado y una radiante sonrisa en su atractivo rostro, la recibe Duván Sandoval.
—¿Qué haces aquí? —pregunta con voz áspera y la mirada fija en el rostro que por tantos años pensó que amaba.
Ahora, al verlo ahí frente a ella, solo le produce ganas de abofetearlo, más que nada por su descarada y arrogante pose de suficiencia y altanería.
—Hola, Cinthia, yo...
—¿Quién te dejó entrar? —pregunta molesta—, mis padres no están en el pueblo y si ellos hubiesen estado en la casa, dudo mucho que mi padre te haya permitido entrar.
—Es cierto, tus padres no están, pero la servidumbre me conoce así qué...
—Aprovechaste para entrar en propiedad privada sin ninguna invitación.
—Dicho de esa manera, suena horrible e ilegal —sonríe con descaro—. Pero, no hubo ningún problema —aminora el asunto—, los empleados de esta haciendo saben que yo soy tú...
—Repito —lo interrumpe con el hastío creciendo en su interior—, ¿qué haces aquí?
El pequeño cachorro gruñe molesto al notar que Duván se acerca un poco a Cinthia, él lo mira con desprecio, casi que con asco y mantiene la distancia.
ESTÁS LEYENDO
Inevitable
RomanceCinthia y Santiago son amigos de toda la vida. Ella es romántica y soñadora. Una joven dulce y encantadora que desde pequeña imaginó que vivía su propio cuento de hadas. Soñaba con ese día que se casaría con su príncipe encantador; ese hombre perfec...