Vo Slavu III: La Familia

16.

En la ciudad de Svan, en el planeta Smajy, hubo un evento donde invitaron a la Reina Yav, estaba respondiendo preguntas sobre lo que había pasado recientemente en la unión.

—     Reina Yav, hablo en nombre de muchos smajyanos, y todos nos preguntamos ¿cuál es el futuro de la unión? Recientemente hemos visto personas capaces de usar magia extraña, estamos muy temerosos sobre el futuro de este planeta y de toda la unión—fue una de las preguntas que hizo un periodista.

—     Entiendo muy bien que estamos pasando por tiempos más que difíciles, muy raros, pero me comprometo a hacer una investigación en la biblioteca del castillo, haré una petición para que me autoricen la entrada. Pero algo que puedo decirles, es que el regreso de mis hijos no tiene nada que ver con estos recientes eventos.

—     ¿Cuándo mostrará al público a sus hijos? ¿Planea convertir a alguno de ellos en su sucesor?

—     Solo lo haré si ellos me dan su consentimiento, y no, no planeo que sean sucesores, ellos son muy jóvenes, tienen más cosas que vivir y no la han pasado muy bien. Lo siento pero no puedo dar más detalles de eso.

—     Gracias.

—     No hay que preocuparse demás, somos una unión pacífica, debemos mantenernos así. Recuerden que eso es lo que querría el Dios Smajy, que por cierto, dentro de muy poco tendremos una visita, nos tocará recibirlo en nuestro planeta, aún no me han dado información pero siguiendo la tradición, este año nos tocará su visita, y hay que recordar que Smajy es un símbolo de unión y esperanza, es todo lo que diré por ahora.

Yav se retiró del evento junto con su asistente, mientras salían del evento, Yav logró ver a alguien extraño en el lugar, era una persona que la estaba mirando directamente, sus ojos eran blancos y su mirada la podía sentir, era una sensación muy extraña.

—     Quiero que vayas con esa persona y le digas que venga conmigo, estaré en la nave.

—     Sí señora—su asistente fue con esa extraña persona.

Yav fue a la pequeña sala principal de la nave a esperar. Poco después, su asistente llegó escoltando a esa extraña persona. Su aspecto le recordaba a la especie Zemi, del planeta Zemle, se caracterizan por tener orejas puntiagudas y una marca pequeña color blanco en la frente. Este era un chico de piel oscura, ojos blancos y su cabello también era blanco, rizado, corto y tenía mechones que cubrían parte de su cara, iba vestido con ropa muy casual, no era nada especial, sin embargo su mirada era muy extraña, transmitía una sensación diferente, no era como mirar a cualquier persona.

—     ¿Se te ofrece algo?—le preguntó la reina Yav.

—     Me presento, mi nombre es Abiad, solo soy un viajero, he viajado por toda esta unión y he venido porque quiero hablar con usted.

—     ¿Se puede saber de qué?

—     Es sobre la pronta llegada del Dios Smajy.

—     Tú no pareces uno de sus mensajeros.

—     No, no lo soy, pero he tenido sueños, sueños donde veo que un nuevo dios aparece.

—     ¿Nuevo dios? Eso no es posible, y eso lo decide la gente.

—     Se lo mostraré—le ofreció su mano.

Yav lo dudó por un momento, pero finalmente tomó la mano de aquel extraño. Al hacerlo, toda la habitación se tornó de color blanco, parecían estar en un vacío blanco, pero podían verse el uno al otro.

Abiad usó magia para mostrarle su sueño, estaban dentro de una ilusión, el escenario era increíblemente realista, Yav estaba impresionada. En la visión estaban en un planeta abandonado, no sabían cuál, pero a lo lejos veían un árbol en medio de un desierto gris. Ambos se acercaron al árbol y vieron que recién le brotaban unas hojas color rosa.