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Era la primera vez que Will visitaba Arkland, a pesar de todo, admiraba mucho ese planeta, pues era uno de los más antiguos en la unión y uno de los más estables en todos los sentidos.

Al salir de la estación del reino, fueron recibidos por el rey Ala-Kai y varios guardias, quienes ayudaron con el equipaje.

— ¡Vlad! Mi viejo amigo—abrazó a Vlad con fuerza.

— Parece que me extrañaste—sonrió y le devolvió el abrazo.

— Estoy muy emocionado, estamos en una época muy interesante ¿no crees?

— De eso no hay duda.

El rey miró a Will, un poco con asombro y también lo saludó.

— Will, un gusto volver a verte, y parece que es la primera vez que visitas Arkland.

— Sí, mucho gusto, parece que hay mucho trabajo que hacer.

— Así es, está en nosotros recopilar lo más importante y hacérselo saber al Dios Smajy.

— Claro.

— Bueno, los demás ya están aquí, excepto la reina Yav, ella llegará mañana, tendremos un banquete antes de la reunión de mañana.

— Eso suena bien—dijo Vlad—. Nosotros nos quedaremos donde siempre.

— Oh claro, ¿quieres que te llevemos?

— No será necesario—sonrió—. Nos vemos en la noche.

— Espero disfruten su estadía, bienvenidos a Arkland.

Vlad y Will salieron y llegaron a la Ciudad Central. Algo que destacaba mucho en Arkland, era que en el cielo se podía ver su luna roja durante el día, todas las mañanas se podía apreciar hasta el mediodía. Sin embargo, esta luz se opacó porque empezó a nublarse, era temporada de lluvias.

— ¿A dónde iremos?

— Tengo una casa por aquí, ahí nos quedaremos, a parte... Hace mucho que no la visito.

— Bien.

Ambos llegaron a la casa, era un gran departamento de dos pisos en un gran edificio.

— No sabía que tenías propiedades en otros planetas—dijo Will sonriendo.

— Pues ya lo sabes—Vlad se acercó al balcón—. Oye, pide algo de comer, algo muy ligero.

— Sí—Will se acercó a la mesa y activó la pantalla programada por el edificio, revisó la comida disponible del restaurante del edificio, pero vio algo en la pared que le llamó la atención, eran hologramas decorativos, pero estaban apagados.

En lo que Vlad estaba distraído en el balcón, Will revisó los hologramas, podía verlos desde la pantalla, estaba impresionado, era la novia de Vlad, quien había muerto hacía muchos años.

Vlad lo sorprendió por detrás.

— ¿Pediste la comida?

— Sí—apagó la pantalla.

— Bueno, ya conociste a Sha-Ning.

— Lo siento, me dio curiosidad.

— Esta casa era de ella, ella era arkaliana—se sentó en el sofá—. Ella me dijo que esta casa era mía también, y que podía venir cuando yo quisiera.

— Vaya... A pesar de lo pesado que eres, ella te quería mucho.

— Y yo a ella—sonrió.

Vo Slavu III: La FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora