18.

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Los Liovskiy habían llegado a visitar a Han-Rei, no lo podían creer, llevaban años pensando que estaba muerto.

— Hijo, no sabes lo feliz que me hace saber que estás vivo—Ben abrazó a su hijo, ambos estaban llorando de alegría—. Mírate, te ves diferente hijo, pero a la vez pareces igual que la última vez que te vi.

— No la he pasado muy bien, yo era un peligro para ustedes, por eso no quise volver y porque—apretó los puños—. Él no me dejaba.

— Entiendo, pero debiste pedir ayuda, sabes que te amamos y yo haría lo que fuera por tu bienestar.

— Hermano—se acercó—. Cuentas con nosotros, lo sabes, incluso el Rey Vlad está dispuesto a ayudar.

— Tengo miedo... No sé si realmente funcionó lo que hizo ese tipo.

— Nadie lo sabe, pero esperemos que sí.

Ben y Andrey salieron de la habitación, ambos estaban felices de tener a Han-Rei de nuevo, parecía un milagro.

Han-Rei se quedó solo en la habitación, se puso de pie y caminó lentamente hacia la ventana, vio a la Ciudad Central de Vorushkwa, desde ahí se veía todo su esplendor.

Han-Rei sonrió.


No solo todo Vorushkwa estaba confundido por los recientes eventos, sino toda la unión, pues sospechaban mucho de Laurence, incluso el mismo Vlad tuvo que hablar con él.

— ¿Era necesario traerme a la fuerza?—preguntó Laurence.

— No pareces de los que acceden amablemente—Vlad estaba de pie, observando los obeliscos—. Ya pueden irse—ordenó a los guardias que habían traído a Laurence.

Se encontraban en el templo de los Vrikolak, un espacio lleno de obeliscos enormes con diferentes escrituras. Ese templo era dedicado a la sacerdotisa Nathifa.

— ¿Qué quiere de mí?

— Primero ayudas a Zally a salir del mercado negro, y además tenías planeado detener a Vriks tu solo—Volteó a verlo—. La pregunta sería ¿qué quieres tú?

— ¿Cuál es el propósito de este interrogatorio?

— Sabes que no puedo confiar en ti así como así, sobre todo desde—fue interrumpido.

— ¡No es necesario que me lo recuerdes!

— Cálmate—sonrió—. ¿Sabes? Me molesta mucho que no estés cooperando. Parece que no te importa nada.

Laurence suspiró una sonrisa, no era la primera vez que lo interroga un líder, pero sí era la primera vez que lo interrogaba Vlad, el rey de Vorushkwa y también el cuarto supremo.

— He estado rastreando a los depredadores casi toda mi vida.

— ¿Qué tiene que ver todo eso contigo? No eres vorush, ni vrikolak.

— Vriks mató a Nathifa, y ella fue alguien importante para mi maestro—volteó a mirar al obelisco más grande, donde estaba grabado el nombre de Nathifa y su silueta—. Ella estaba al tanto de los depredadores.

— Entonces tú les seguiste la pista durante su desaparición, que fue un largo periodo, tú no existías.

— Sí, ellos obligaron a mi maestro a hacer cosas que no debía... No es necesario decirlo, él tenía conocimiento en lo que es la magia oculta, trucos para distorsionar a la naturaleza.

— Así que era eso... magia oculta, eso fue lo que lo trajo de vuelta—Vlad se veía preocupado.

— Sí, y yo le prometí a mi maestro que arreglaría todo.

Vo Slavu III: La FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora