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Era el día de descanso de Will, pero él decidió aprovecharlo y seguir investigando.

— Me dijeron que se registró una anomalía en el océano de Arkland, pero al parecer no hay noticias, debe ser una investigación delicada—Will estaba leyendo sobre lo que le habían comentado en la conferencia.

— Oye, gracias por defendernos—dijo Zally y abrazó a Will.

— Ustedes no tienen nada que ver con la basura que ha estado pasando—contestó—. Lo de Vlad aún me tiene preocupado, los depredadores fueron capaces de revivir a alguien. En todos los años que llevo viviendo, jamás había visto algo así.

— Bueno, si lo dices así, da algo de miedo—dijo Zeki—. Supongo que debemos preocuparnos.

— Vlad irá a reunirse con otros líderes en Arkland, seguro me pedirá ir.

— Lo más probable.

— Maldito Vlad, estoy cansado de ser su mascota.

— Yo creo que en el fondo te aprecia—dijo Yamanik—. Y tú a él.

— Nah, es un imbécil—Will cruzó los brazos—. Créeme que es un fastidio haber estado con él por cien años de unión.


Por otro lado, Eliana no había tenido tiempo de ir a su guarida a investigar a Will, pues estaba ocupada cuidando de Lev, tratando de ayudarlo.

Ambos llegaron al Palacio Principal de Arkland, Lev ya estaba con una actitud diferente, un tanto indispuesto. Estaban esperando al Rey.

— ¿Tú lo sabías? —le preguntó a Eliana, la miró a los ojos, se veía molesto y a la vez confundido—. ¿Hay algo que estés omitiendo?

— Mira, no lo sabía, justo ayer vi bien la cara de ese tipo y pues me recordó a ti.

— Ayer... ¿Qué sabes de él?

— Es la mano derecha del Rey de Vorushkwa, no sé nada más de él, pero mi padre sí, confía en mí.

— Lo único diferente en él... son sus ojos—le dio la espalda a Eliana—. Sus ojos son rojos, un rojo muy peculiar. Siento algo muy raro respecto a él, pero a la vez, nada, no me recuerda a nada, solo es alguien idéntico a mí.

Eliana prefirió guardar silencio, Lev necesitaba pensar, ver a alguien parecido a él fue una impresión muy fuerte.

El rey de Arkland llegó, vio a su hija con una cara de preocupación y vio a Lev, quien seguía dándoles la espalda.

— Ya estoy aquí hija, ¿él es el muchacho? —preguntó.

— Sí.

El rey de Arkland era un hombre grande, fuerte, con un carácter distinguible, su presencia podía imponer a los demás.

— Mucho gusto, Lev Arbor, yo soy Ala-Kai, rey de Arkland.

Lev no dijo nada, solo miró a aquel hombre, su mirada pudo cautivarlo de alguna forma, sus ojos azules, con ese brillo peculiar, era algo que nunca había sentido.

— Eliana me habló de eso, de tu mirada, y sin duda hasta en eso eres igual al protegido de Vlad—dijo el rey y se cruzó de brazos.

— ¿Protegido? ¿No era la mano derecha del Rey Vlad?

— Oh sí, ahora lo es, pero sigue siendo el protegido de Vlad. Es un hombre igual de peculiar que tú.

— ¿Peculiar?

— Él, al igual que tú, provocan una sensación diferente, y no precisamente en el buen sentido, es una sensación de inquietud, eso lo sentí la primera vez que lo conocí.

Vo Slavu III: La FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora