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Finalmente, el día llegó, era el día en que la luna rosa estaría iluminando las noches de la Ciudad Blanca en el planeta Zelushkwa.

Elid llevó a los hermanos, a Will y a Yamanik al templo de Casey. Durante la noche, el templo estaba iluminado con luces de todos los azules posibles y algunos verdes. La luz de la luna rosa apuntaba a la estatua del antiguo dios Casey, era un contraste increíble con el azul. Era hermoso.

— Veo a alguien por allá—señaló Zally—. Se dirige a la estatua.

Los cinco se acercaron y vieron a una chica mirando a la estatua, tenía el pelo bastante largo, casi como Yamanik pero lacio y color negro intenso.

En lo que se acercaron, esa sensación en Will apareció, era una sensación que ya le parecía muy familiar, estaba seguro de que ella también lo sentía.

— No puedo creerlo—dijo ella en voz baja y volteó—. Por fin.

La luz de la luna irradiaba en ella, y hacía notar aún más el color de sus ojos, rosa.

— Miren, es ella, es tal cual como la recuerdo—dijo Yamanik.

Todos estaban impresionados, Gran tenía razón, sus ojos eran diferentes.

— Ojos rojos, pelo negro... Debes ser tú, el representante de la magia roja—se acercó a Will y lo miró de cerca—. Eres tú, puedo sentirlo y creo que tú también.

— Sí, también siento eso.

— Después de tantos años, por fin me reúno con uno de ustedes—sonrió.

— ¿De qué hablas?

— Yo soy Ma-War, representante de la magia rosa, he estado buscando a los otros cinco representantes por años y por fin encuentro a uno.

— ¿Representante? Pero no entiendo nada.

— Todos nosotros estamos aquí por una razón, y sé que debemos reunirnos, si lo hacemos, sabremos lo que sucedió.

— Entonces tú tampoco lo sabes ¿cierto? No sabes nada de mí, ni de ti misma.

— Lo siento, pero no, solo sé que todos debemos reunirnos.

— Entonces, ¿quieres decir que hay otros como nosotros?

— Sí, somos seis, magia rosa, magia roja, magia azul, magia blanca, magia oscura y magia morada.

— No lo puedo creer, es que es increíble, nunca me había imaginado nada así—Will no tenía palabras y los demás tampoco.

— Magia morada...—Dijo Elid—. No dejo de pensar en Merve.

— Es verdad, la sensación que acabo de sentir con Ma-War era muy parecida a la que sentí con Merve.

— ¿Qué? ¿han encontrado a otro? ¡Debe ser mi día de suerte! —Ma-War estaba emocionada—. Estamos muy cerca de estar juntos.

— ¿Qué sucederá cuando estemos todos reunidos?

— No lo sé, pero sé que serán todas las respuestas que buscamos—sonrió—. Confía en mí.

— Chicos, Merve estará aquí un buen tiempo, ustedes busquen a los demás.

— No sé ustedes, pero esto me emociona mucho—dijo Yamanik.

— A mí también—contestó Ma-War. 

— Entonces, ¿creen que debamos regresar a Vorushkwa? —preguntó Zeki.

— Tal vez—Elid apoyó la idea—. Creo que Vlad es un poco más accesible.

— Sólo lo hace porque le conviene, pero es verdad, él nos ayudaría—dijo Will.

— Bien, entonces ya sabemos qué hacer. Cuenten conmigo para cuidar a Merve.

— Gracias Elid.

— Gracias príncipe, como siempre es tan bueno—sonrió.

— Siempre es bueno ayudar, un gusto conocerte Ma-War.

Pasaron las horas y ya estaban preparándose para regresar al planeta Vorushkwa. Estaban alistando sus cosas y Ma-War iba a acompañarlos.

— Oye Ma-War, ¿Qué puede hacer la magia rosa? —le preguntó Zally.

— Pues no es la gran cosa—sonrió—. Casi no la he usado, aunque trato de no usarla, cualquier magia puede hacer cosas terribles.

— En eso estamos de acuerdo—dijo Will.

— Sí, por culpa de gente así, hay mucha desconfianza—dijo Yamanik.

— Es verdad, tienes razón Yamanik.

— Bueno, me dio hambre, iré por algo de comer.

— Voy contigo Yamanik—Zally la acompañó.

— Traigan un jugo también.

Yamanik y Zally bajaron al comedor a buscar algo de comer.

— Se me antoja algo muy dulce—dijo mientras observaba el mostrador.

— Bien, iré por un jugo a las máquinas.

— Sí.

Zally fue por unos jugos, no se tardó mucho en eso a pesar de que las máquinas aún le parecían algo raras y diferentes a las de la Tierra. Al regresar vio una escena que la hizo soltar sus cosas.

Un grupo de personas enmascaradas habían atravesado a Yamanik con un arma, vio cómo ella dejó su forma y se transformó en una luz verde brillante que flotaba frente a ellos. Uno de ellos utilizó un objeto al cuál atarla, era un anillo que lucía lujoso.

Las personas que estaban ahí salieron corriendo y el hombre del mostrador se escondió en la cocina.

Ellos voltearon a ver a Zally y sonrieron, después de eso solo sacaron una esfera de transporte con la intención de desaparecer.

Zally en esos momentos, en solo segundos sintió un impulso de evitar que se llevaran a su amiga así que corrió hacia ellos y logró tocar la esfera también.

Aparecieron en el mercado negro, estas personas miraron a Zally y se rieron de ella.

— Miren nada más, ¿qué hacemos con ella? —uno de ellos la tomó bruscamente del brazo.

— Habrá un evento en las peleas de esta noche, veamos si ahí es muy valiente.

— ¿Qué le hicieron a Yamanik?

— ¿El shizen tiene nombre? Eso es ridículo, yo le pondré uno nuevo—soltó a Zally.

— Contigo tendremos un dinero extra—le dio un golpe para dejarla inconsciente por un momento.

Mientras tanto, Will al estar distraído se dio cuenta un poco después de algo y lo dijo.

— Oigan, tengo una sensación rara, como si Zally estuviera demasiado lejos de mí.

— ¿Qué?

— Oh no, con razón se han tardado, vamos a buscarlas—dijo Ma-War

— Sí—Zeki empezó a asustarse, no podía pensar en separarse de su hermana de nuevo.

Bajaron rápidamente y vieron que las autoridades ya estaban ahí inspeccionando el lugar.

— Yo vi que se transportaron con una esfera—dijo el hombre de la cocina.

— Será muy difícil rastrearlos—dijo uno de los elementos—. Esas esferas son el peor invento.

— ¡Disculpe! ¿Qué pasó? —Preguntó Zeki ya agitado.

— Unos extraños mataron a una chica de pelo rosa y otra de pelo rojo intentó ayudarla, ambas eran muy jóvenes, no muy altas, sobre todo la de pelo rosa y...

— ¿Ojos verdes? —preguntó Will.

— Sí, exacto.

— Eran mi hermana y una amiga...

Vo Slavu III: La FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora