Capítulo 7

81 15 0
                                    

11 de agosto, 2020

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

11 de agosto, 2020.

—Lydia Greco no quiso hablar conmigo, de hecho, no me dejó decirle ni una palabra.

—Tienes que ganarte su confianza como sea, agente Caruso. —la voz del agente Riley salió por el teléfono que me habían dado, su voz era segura y respetable.

—He pensado una cosa, pero necesito su aprobación y que me ayude con eso.

—¿Qué es lo que tienes en mente?

—Que nos ayude en la misión.

—Es algo muy arriesgado, agente. Si esa mujer cometiera un fallo la operación se vería afectada, además tu vida podría correr peligro.

—Lo sé, pero confío en esa mujer. Se le nota la rabia que tiene hacia Luciano desde lejos.

—¿De verdad piensas que puedes confiar en ella?

—Sí, estoy seguro.

—Entonces prepararé el papeleo necesario y te mando el fax.

—Muchas gracias, señor.

***

El pitido de la puerta de la celda abriéndose hizo que saliera de mis pensamientos. Me encontraba de nuevo en la habitación de visitas de la cárcel, debía insistir a Lydia todo lo que fuera necesario. Necesitaba que esta operación avanzara cuanto antes. Nadie se encontraba en la sala, había pedido exclusivamente que no hubiera presencia de nadie.

—¿Otra vez aquí? Ya le dije que no quiero hablar con usted, váyase y déjeme en paz. —ella ya se había dado la vuelta para irse.

—Puedo ayudarte a salir y que juntos hagamos que caiga. —paró en seco y lentamente se giró de nuevo para mirarme.

—¿De qué estás hablando? ¿Tú también crees que soy estúpida?

—Créame que no le miento, yo también quiero que Luciano Ventura pase el resto de su vida en la cárcel.

—¿A qué se refiere?

—Siéntese y hablemos. —asintió y se sentó frente a mí. Lo único que nos separaba era un panel de cristal. Juntó sus manos sobre la mesa y fijó su mirada en la mía.

—Hábleme más sobre eso.

—Primero quiero presentarme, debe saber quién soy, pero no soy su enemigo, eso téngalo en cuenta. Soy un agente en cubierto de la DEA, por mi propia seguridad no puedo darle mi nombre real, pero en esta operación soy el Massimo Ferrara. Tengo unos papeles en los que aparece tu nombre, en ellos está firmado por la DEA que si nos colaboras tendrás tu libertad condicional, nueva identidad y el país a elegir para que puedas empezar una nueva vida, eso sí, con las comunicaciones necesarias para seguir con tu libertad.

Saqué el papel y se lo pasé por debajo del cristal. Ella lo cogió y comenzó a leerlo, estaba bastante abrumada por todo lo que salía en los documentos.

La Infiltrada (+18)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora