Capítulo 11

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06 de septiembre, 2020

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06 de septiembre, 2020.

Mi vida se había vuelto un caos. Tras la confesión de Aaron mi cabeza no había parado ni un segundo de pensar en él. Mi ego de mujer me decía que lo olvidara porque él aun sabiendo que yo estaba enamorada de él, prefirió seguir mintiendo a darnos una oportunidad y ahora no era el momento. En cambio, mi corazón me pedía que hablara con él y nos diéramos esa esperada oportunidad, porque yo sentía exactamente lo mismo que él, pero mi cabeza de agente me decía que la hiciera caso a ella y no al corazón, siempre que le hacía caso las cosas me salían mal.

Agarré el marco de fotos que se encontraba guardado en el fondo de la maleta que nunca deshice por completo, la foto se resbaló de mis manos y cayó al suelo. La recogí y la miré detenidamente.

Flashback

—¡Hija! ¡Ha llegado visita! ¡Baja, por favor!

Esta noche venía a cenar Andrew, amigo de mis padres, en una semana entraría en la DEA a comenzar mis prácticas para ser agente. Nos habíamos mudado a Arlington apenas una semana para poder estar más tiempo con mis padres y que no me dejaran en Roma cada vez que tenían una misión, intentaban turnarse para no dejarme sola, pero a veces coincidían misiones. Estaba muy ilusionada con poder trabajar en lo mismo que mis padres, siempre lo había deseado. Me terminé de arreglar en el espejo de mi tocador y bajé casi corriendo por las escaleras para poder dar un abrazo a Andrew.

—¡Hola, Andrew! ¿Qué tal estás? —Le di un rápido abrazo y seguidamente me alejé de él para poder mantener una conversación.

—Muy bien, muy alegre de poder volver a verte. Quiero presentarte a alguien. —Se echó a un lado y dejó ver a un chico alto, moreno de ojos marrones que me miraba con una sonrisa. Mi cuerpo se quedó pasmado al ver a ese hombre tan guapo frente a mí.

—Me llamo Aaron Caruso, soy agente de la DEA. Seré tu guía en tus prácticas, por lo que pasaremos mucho tiempo juntos.

Mamá me dio un pequeño codazo para que espabilara, esperaba que no se hubieran dado cuenta de que se me caía la baba por él en ese momento. Di un par de pasos para poder darle la mano.

—Encantada, yo soy Chiara Milani.

—La cena está servida. —gritó papá desde el comedor donde nos esperaba.

Mamá y yo caminamos delante de Andrew y Aaron. Cuando llegamos a la sala, papá saludó a los dos hombres y parecía que él ya conocía al chico.

La cena pasó muy tranquila, yo apenas intervine porque tenía miedo de decir algo y quedar en ridículo delante de todos. El chico estaba sentado frente a mí y yo de vez en cuando lo miraba unos segundos, después apartaba la mirada lo más rápido que podía para que no me pillara.

***

Sus visitas cada vez eran más continuas, hasta el punto de que venía casi todos los días a comer con mis padres. Pasábamos mucho tiempo juntos porque él me instruía casi en todas mis clases en la DEA y las clases que no teníamos juntos acababa apareciendo para una cosa u otra. Todo se me hizo extraño, notaba que me miraba distinto a como lo hizo cuando me conoció, o a lo mejor era cosa mía y me lo estaba imaginando todo.

La Infiltrada (+18)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora