20 de septiembre, 2020.
—Chiara por favor, ten mucho cuidado. Grace en cualquier momento puede intentar algo contra ti y no me lo perdonaría nunca.
—Lo sé, me ha preparado el mejor profesor, no te preocupes, podré cuidarme en el caso de que pase algo, ella no sabe quién soy realmente.
—Haz las salidas necesarias, de aquí al trabajo y de vuelta, no podemos evitarlo, pero sí atrasarlo para poder pensar algo. A lo mejor deberíamos llamar a Andrew...
—¡No, eso no! —grité—. Él no puede saber nada hasta que sepamos algo seguro, no podemos marearlo y hacerle perder tiempo, sabes que nos ayudaría en lo que sea, pero no quiere tonterías.
—Nos puede ayudar, Chiara.
—Aaron no. Vamos a solucionarlo juntos, ¿vale? Tu y yo. Solo nosotros. —Me acerqué a él, necesitaba aprovechar los últimos momentos con él por si no volvía a pasar nunca.
—Vale. —seguí acercándome hasta que mis labios rozaron los suyos. Ambos cerramos los ojos, acaricié su brazo desde la mano hasta su hombro—. ¿Sabes todo lo que siento por ti?
—Sí, lo sé. Y me duele tanto hacerte daño...
—Por favor, mantén las distancias con él, no te pido que te separes por completo, pero sí que desconfíes algo más.
—Cuando terminemos la misión, porque va a acabar pronto, no volveré a verlo y todo se habrá acabado, esto solo es una misión, Aaron.
—No lo creo, veo que sientes algo por él, si tú de verdad amas a alguien no podrías estar con otra persona.
Yo sabía que quería a Aaron, pero lo que no tenía seguro era si estaba completamente enamorada o no, o si lo que tenía con Simone solo era atracción sexual o algo más. Necesitaba aclarar eso, pero fuera de la misión.
—Yo te quiero, de eso estoy segura, pero quiero acabar con esta misión y encontrar a Grace para que pague lo que nos está haciendo, después podré saber con certeza que es lo que siento, la misión me impide pensar en otra cosa que no sea acabarla. Esperemos y estoy segura de que todo irá bien entre nosotros.
—Yo estoy completamente enamorado de ti, yo no tengo dudas y me duele que tú las tengas.
—Entiende que han sido muchos años y siempre pensé que nunca podrías pensar en mí como algo más.
—Pero ya te he dicho lo que siento y tu también piensas lo mismo que yo.
—Por favor, acabemos con esto para poder concentrarnos en nosotros, ¿vale?
Le besé, solo quería dejarme llevar. Aprovechar los últimos momentos antes de que esto se volviera un caos, porque yo ya lo sabía, sabía que esto estaba a punto de terminar. Agarré su mano y subimos la escalera. Por un momento pensé en ir a mi habitación, pero mi mente me dijo que lo hiciera en su habitación.
—Sabes que nos va a ver, ¿verdad?
—Sí, lo va a hacer igual, puede cometer algún error y podríamos cogerla, pero dejemos de pensar en ella, solo quiero centrarme en nosotros.
Él abrió la puerta y entró. Después entré yo y me acerqué para quitarle la camiseta que llevaba, dejando ver su torso desnudo. Volví a besarlo, pero no eran besos lujuriosos, estos eran distintos, eran besos suaves y delicados. Los dos queríamos disfrutar de este momento. Metió sus manos entre mi pelo y yo acaricié su espalda.
Sus besos se dirigieron a mi cuello y yo no pude evitar gemir. Había deseado este momento desde hacía mucho tiempo. Volvió a mis labios, los besos iban evolucionando, ahora ya eran más pasionales. Agarró la tela de mi vestido y fue subiéndolo lentamente hasta haberlo quitado por completo. Me subió sobre él y caminó hasta su cama, dónde me dejó delicadamente. Besó cada parte de mi cuerpo que estaba sin tela, en el momento que pude, bajé su pantalón y él me ayudó a quitarlo.
Volvió a mis labios y ambos nos sentamos uno frente al otro sin despegarnos, solo lo necesario. Desabrochó el enganche de mi sujetador y lo tiró al suelo. Se separó y me miró de arriba a abajo.
—Eres preciosa, no sé cómo pude haber esperado tanto.
—Los dos esperamos demasiado.
Volví a tumbarme y él bajó dando besos hasta mi braguita mordiéndolas y tirando hacia abajo para quitarla del todo. Subió, pero se paró en mi zona íntima abriendo mis piernas y metiéndose entre ellas haciéndome ir al mismísimo paraíso. No sentí en ningún momento que esto fuera solo sexo, era algo más.
—¿Quieres seguir? No quiero hacer algo que no quieras. —Me miró y yo le sonreí.
—No quiero parar, he deseado este momento muchísimo tiempo.
Sin más que esperar, bajó sus calzoncillos y se puso sobre mí apoyado sobre sus rodillas, abrí mis piernas para que tuviera más accesibilidad y posicionó su miembro en mi entrada. Se acercó a mi cara quedando una contra la otra y poco a poco fue introduciéndola. Esa sensación de que entre a la perfección y te llene es lo más placentero del mundo. Sus movimientos eran suaves, nada bruscos, ninguno pretendíamos eso. Queríamos sentirlo todo con lujo de detalles.
Las caricias, besos y sentimientos era lo que se encontraba en la habitación. Los dos nos olvidamos de todo lo que había tras esa puerta. Yo sentí que no estábamos teniendo simple sexo, sino que estábamos haciendo el amor.
Disfrutamos lo máximo posible hasta que ambos llegamos al clímax. Se separó de mí para acostarse a mi lado y abrazarme.
—Chiara eres lo mejor que me ha pasado en la vida y si decides estar conmigo prometo no abandonarte nunca y hacerte sentir lo que te mereces. No había sentido en mi vida este amor tan puro hacia alguien y estoy seguro de que, aunque pasen mil vidas, siempre estaré enamorado de ti.
—Te quiero. —dije en un susurro.
—Yo también te quiero.
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La Infiltrada (+18)✓
RomanceLibro 1 Completo [Bilogía Mafia] REESCRIBIENDO Cuando la cordura y lo prohibido se juntan en dos personas distintas, Chiara tendrá qué decidir que es lo que prefiere. Ella es agente de la DEA y su nueva misión es infiltrarse en la mafia más poderosa...