21 de septiembre, 2020.
No dejé de dar vueltas por todo el apartamento esas dos interminables horas. Dejé preparadas nuestras cosas para nada más volver al apartamento coger el avión de vuelta, no tendríamos tiempo que perder. Volví a llamar a Chiara por sí solo tenía el móvil fuera de cobertura, pero seguía sin dar tono. Aún no había acabado su jornada laboral, pero eso no impedía a Graziella contarle a Luciano quien era.
Tenía que actuar rápido, cuanto antes supiera dónde se encontraba la persona a la que nunca había dejado de amar, antes calmaría estos nervios que tenía por no saber dónde se encontraba.
Conduje hasta la oficina en la que trabajaba Chiara, aparqué lo más rápido que pude, no tenía tiempo que perder. Toqué varias veces la puerta, ya que todo estaba cerrado y era extraño porque aún no era la hora de cerrar. Esperé un minuto hasta que apareció el guardia.
—¿Por qué está todo cerrado? —pregunté extrañado cuando abría la puerta.
—El jefe ha dicho que cerrásemos antes.
—Quiero entrar.
—Lo siento, señor no puede.
Lo empujé hacia un lado y corrí hacia las escaleras, necesitaba llegar lo antes posible, podría tenerla en su oficina. Lo único que podía escucharse era mi respiración agitada por los esfuerzos que estaba haciendo y por la desesperación de encontrarla lo antes posible.
Abrí la puerta de su oficina, pero ni rastro de ella, lo único que encontré fue su bolso con sus cosas y el móvil encima de la mesa. Tenía varias llamadas mías y de Andrew, pero nunca fueron contestadas. Cogí las cosas y me metí sin pensar en el despacho de Simone, pero allí no había nada que pudiese decirme que Chiara hubiese estado allí. En esa empresa no había nada, ni nadie. Bajé de nuevo corriendo
—Lo siento, estoy desesperado, no encuentro a mi hermana, ¿la ha visto?
—¿A la señorita Ferrara?
—Sí, ella. ¿Dónde ha ido?
—Se fue con el jefe, no sé a dónde, pero el señor parecía enfadado con ella.
La había llevado a su mansión, Chiara estaba en la boca del lobo, estaba en completo peligro, tenía que sacarla de allí. Volví al coche después de disculparme con el guardia, arranqué y mi móvil empezó a sonar. Apareció el nombre de Lydia.
—¿Lydia?
—¡Massimo tienes que venir corriendo la tienen! —anunció entre susurros.
No hizo falta ninguna palabra más para saber que se refería a ella, estuve a punto de tener varios accidentes por la alta velocidad que llevaba, pero esos minutos que no estaba cerca de ella me estaban matando. No sabía qué le habían podido hacer o lo que le harían mientras yo no estuviese allí.
Aparqué frente a la entrada y marqué de nuevo el número de Andrew, tenía que contarle lo que pretendía hacer y dónde estaba.
—Dime Aaron.
—Estoy frente a su mansión, la tienen aquí.
—¿Qué vas a hacer?
—Entrar, ¿qué más voy a hacer? Voy a salvarla, no voy a permitir que le hagan algo. Si en una tres no he dado señales de vida ven a por nosotros, confío en ti.
—No te preocupes, estoy preparando todo, todo saldrá bien, ¿vale?
—Vale, voy a entrar.
—Suerte.
Dejé las cosas de Chiara y las mías en el coche, tenía que intentar sacarla por las buenas, no que nos mataran a tiros, lo único que cogí fue mí móvil. Corrí hacia el interior y la única persona a la que vi nada más entrar fue a Annetta.
—¿Dónde está Simone? —La agarré de los brazos para que me contestase.
—En su habitación en el segundo piso.
—¡No lo haga!
La solté y corrí hacia allí, podía estar haciéndole cualquier cosa y sentí pánico. Sabía perfectamente donde se encontraba esa habitación y abrí la puerta de un golpe. Vi a Simone y corrí hacia él, lo agarré de la camisa y le empujé contra la pared.
—¿Dónde está? —él como respuesta me empujó—. ¿Dónde está? —repetí.
—Por ahora está bien. —la voz de Luciano se hizo a mi espalda, me giré para poder verlo—. Antes de verla tienes que acompañarme, tenemos que hablar.
Asentí y fui caminando detrás de él. Intenté relajarme, pero esta situación me superaba. Llegamos a su despacho y se sentó tranquilamente.
—Dame tu móvil. —no quise hacer preguntas, se lo di sin rechistar.
—¿Dónde está mi hermana?
—Nos habéis estado mintiendo.
—¿Cómo? Nosotros no le hemos mentido, no puede ser. Alguien quiere jodernos, nos ha estado amenazando, pero no le hemos mentido en nada. —dije de carrerilla.
—Hola, yo soy Graziella.
Lo que me faltaba, Grace estaba aquí, pensé que tiraría la piedra y escondería la mano, pero no, ella se atrevió a presentarse aquí.
—Hola, encantado. Soy Massimo.
—Encantada estoy yo. —dijo maliciosamente.
—Para que yo me crea lo que me estás contando tienes que torturar a tu hermana, ella —Se refirió a Grace— nos ha contado quién es, pero me ha dicho que a ti no te conoce.
—No pienso torturar a mi hermana. No puedo hacerlo.
—Tienes dos opciones, torturarla tu o que la torture ella.
—No, lo haré yo, pero primero quiero hablar a solas con mi hermana, por favor.
—Para que veas que confío algo en ti, te dejaré hacerlo. Mi hijo te llevará a donde está ella.
Esperé a que él caminase y yo lo seguí. Necesitaba que supiera que estaría aquí y que la ayudaría a escapar.
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La Infiltrada (+18)✓
RomanceLibro 1 Completo [Bilogía Mafia] REESCRIBIENDO Cuando la cordura y lo prohibido se juntan en dos personas distintas, Chiara tendrá qué decidir que es lo que prefiere. Ella es agente de la DEA y su nueva misión es infiltrarse en la mafia más poderosa...