Libro 1 Completo [Bilogía Mafia] REESCRIBIENDO
Cuando la cordura y lo prohibido se juntan en dos personas distintas, Chiara tendrá qué decidir que es lo que prefiere.
Ella es agente de la DEA y su nueva misión es infiltrarse en la mafia más poderosa...
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01 de septiembre, 2020.
Después de que Chiara se fuera de allí corriendo, no supe que hacer. Los días sucesivos, me mantuve bastante frío con Grace, quería contarle que la decisión que tomamos fue un error, pero le echaría la culpa a Chiara y tenía muy claro que ella iría a los superiores para contarles que habíamos tenido y tarde o temprano nos sacarían de la misión a los dos.
El día del juicio para el futuro de Lydia Greco estaba en juego hoy. Debía convencer a los jueces de que ella lo hizo en defensa propia, aunque ella me dijo que el asesinato lo cometió Luciano que le tendió una trampa para que no pudiera escapar de él.
—Señora Greco, se le acusa de homicidio en primer grado, ¿cómo se declara?
—Inocente.
—En la versión inicial que dio, se proclamó culpable, ¿qué ha cambiado ahora?
—Señoría, es cierto que yo lo maté, pero tengo claro que fue en defensa propia, él quiso matarme y no tuve otra opción.
—Siéntese, que hable su abogado.
—Como ella le iba diciendo, el señor Raffaelo Donneti fue contra mi clienta con un arma de fuego, el cual era un revolver. Posteriormente se pudo comprobar que fue disparada momentos antes de la llegada de los agentes al lugar del crimen. Mi cliente no ha tenido cargos antes de lo que sucedió ese día y se pide una libertad condicional.
—La resolución del caso se dará en las próximas cuarenta y ocho horas después de finalizar el juicio.
—Entendido.
—Se da por finalizada la sesión. —el juez dio un golpe con su mazo y todo el mundo se levantó para irse. Yo me acerqué a Lydia y esta estaba realmente preocupada.
—¿Crees que me dará la libertad condicional?
—Sí, confía en que todo va a salir bien.
—Quiero salir de aquí para destruir al hombre que me metió aquí e hizo semejante asesinato para culparme a mí.
—Tranquila, pagará.
***
03 de septiembre, 2020.
Tenía la carta de la resolución del caso en mis manos, esperaba en una sala donde había muchas mesas con sillas en las que los presos podían tener contacto con los visitantes. Lydia apareció pocos minutos después de mi llegada, se notaba nerviosa, sus ojeras también me decían que no había podido dormir nada estos últimos dos días, a mí me había pasado lo mismo. Necesitaba que todo fuese como estaba planeado.
—¿Esa es la carta? —preguntó nada más sentarse. Yo asentí y ambos la miramos nerviosos.
—¿Quieres abrirla tú?
—No, prefiero que lo hagas tú, no quiero llevarme una mala sorpresa. —agarré sus manos esposadas y la miré a los ojos.
