Capítulo 13

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14 de septiembre, 2020

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14 de septiembre, 2020.

La extraña sensación que sentía cada vez que pensaba en Aaron me revolvía el estómago. ¿Cómo había sido capaz de desconfiar en su propia compañera? Notaba un dolor en el pecho que nunca antes había experimentado.

Pero, lo que más me dolía de todo esto no era la traición por su parte, eso no era nada, lo que más me dolía es que seguía queriéndolo aun después de todo. Aún después del daño que me había causado él y Grace, no he podido sentir odio en ningún momento, sí sentía esa decepción por su parte que no sabía si podría perdonar algún día.

El toque de la puerta de mi oficina hizo que saliera de mis pensamientos y me concentrara en quién quería pasar por ella.

—Pasa.

—¿Gia? —contemplé el esculpido cuerpo de Simone apoyado en la puerta.

—¿Sí?

—Necesito hablar contigo sobre algo, ¿puedo pasar?

—Claro, adelante.

Simone cerró la puerta tras él y se acercó a mí pasando por mi lado hasta quedarse frente a la ventana, yo me puse a su altura para que pudiéramos hablar sin problema. Cada vez que lo veía me recordaba a la noche que había pasado y una parte de mi se ruborizaba solo con pensarlo.

—¿Qué quieres hablar conmigo? —hablé para que tuviéramos la conversación lo antes posible para poder seguir trabajando en lo que necesitaba para la investigación.

—Solo quiero saber si lo que pasó la otra noche... me refiero a que quiero saber si te has arrepentido.

—¿Arrepentirme? ¿Arrepentirme de la mejor noche que he pasado en mi vida? No me he arrepentido.

—No quiero que nos afecte en el trabajo.

—¿Por qué lo iba a hacer? Somos adultos.

—También he venido para saber cuándo será nuestra próxima cita.

Sabía que una parte de lo que me dijo Aaron tenía toda la razón, pero si ahora cambiaba mi forma de ser con él sospecharía y la misión caería tarde o temprano. Tenía que seguir esto, aunque me costase una expulsión por un tiempo, la misión se cumpliría sí o sí.

—No lo sé, ¿cuándo te viene bien? —Me acerqué peligrosamente a su cara, para que la tentación estuviera en el aire.

—Para ti estoy disponible todo el tiempo que quieras.

—Hagamos una cosa. —levantó las cejas en señal de que continuara y yo sonreí maliciosamente—. Cuando más lo desees me buscas y cuando yo lo haga te busco, ¿vale?

—Me parece perfecto.

En ese momento me agarró de la cintura acortando la poca distancia que nos separaba y mis labios se quedaron a escasos centímetros de los suyos.

La Infiltrada (+18)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora